El inicio del año nuevo ha llegado acompañado de una subida generalizada del coste de la vida, que muchos notarán especialmente cuando llegue el final de enero y las correspondientes facturas de fin de mes. Desde ir al supermercado hasta hacer frente a los recibos de la luz o el teléfono, circular por las autopistas de peaje... Todo, o casi todo, sacudirá todavía un poco más los bolsillos de los pontevedreses. Pero, ¿cuánto supone en realidad esa variación de precios?
En estas primeras semanas de 2019, la luz se ha encarecido un 8% con respecto al mismo período del ejercicio pasado, según datos recogidos a partir del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. En concreto, la factura media para un consumidor doméstico (con una potencia contratada de 4,4 kilowatios y una demanda anual de 3.900 kw/hora, propia de una familia con dos hijos) asciende en estos primeros días de enero a casi 26 euros, frente a los 24 de hace un año.
Aunque el Gobierno aprobó el pasado diciembre la suspensión durante seis meses del impuesto del 7% sobre la generación eléctrica y una exención en el Impuesto Especial de Hidrocarburos para desactivar el denominado céntimo verde que soportan las plantas de generación con gas, las compañías suministradoras alegan que el coste de la electricidad se ha disparado y que el precio del mercado mayorista registró en los doce primeros días de enero una media de 62,87 euros por megawatio hora, frente a los 45,11 euros que marcó en el mismo período de 2018.
La luz ha subido un 8% en las primeras semanas de enero, el precio de la vivienda sigue al alza y la cesta de la compra básica es un 1,5% más cara
Sea como sea, los consumidores son quienes más lo van a sufrir a través de sus recibos, precisamente cuando las olas de frío obligan más que nunca a quedarse en los hogares y a hacer uso de los radiadoers y la calefacción.
EL GAS, EL ÚNICO QUE BAJA. La parte buena es que, al contrario que la electricidad, el gas natural ha bajado. La denominada Tarifa de Último Recurso (TUR) descendió desde el 1 de enero un 4,6% de media respecto al último trimestre del año, según la resolución publicada a finales de diciembre en el Boletín Oficial del Estado.
¿Y el teléfono y la conexión a Internet? Las operadoras apuntan a una subida de precios y, de hecho, empresas como Movistar ya han comunicado a sus clientes que a partir del 5 de febrero subirán los costes mensuales de los productos fijos y móviles, de los consumos extras (SMS o llamadas), los servicios adicionales, el alquiler de los terminales y algunos de los denominados paquetes Fusión. En definitiva, más desembolso, incluso aunque el consumo no varíe.
Pero ni siquiera las personas sin teléfono ni conexión de datos se librarán de tener que afrontar más gastos este año si tienen contratada una hipoteca o un alquiler. Según el sector, el precio de los inmuebles aumentará en 2019 entre un 5% y un 6% con respecto al ejercicio pasado. El cálculo es sencillo para Pontevedra, teniendo en cuenta que en esta provincia el precio medio de venta de la vivienda de segunda mano es de 1.674,3 euros por metro cuadrado (según el último Índice Inmobiliario de Fotocasa) y el alquiler asciende de media a 6,57 euros por metro en el conjunto del territorio pontevedrés.
Además, tener un coche tampoco resultará más económico. A finales del año pasado el petróleo alcanzó su precio más bajo desde septiembre de 2017, así que la Opep ya anunció que llevará a cabo medidas para impulsar el crecimiento, por lo que los analistas adelantan un posible aumento sobre el crudo durante 2019.
Según el Banco Mundial, el coste del petróleo aumentará un 2,7%, lo que supondría un 1,3% en el precio final de la gasolina o el gasóleo. Está por ver cómo evolucionan las cifras, pero el mismo sábado en estaciones de servicio de la comarca pontevedresa el diésel se cobraba, de media, a unos 1,22 euros por litro y la sin plomo de 95 octanos, a 1,24 euros.
A esto se suma la subida de los peajes. Circular, por ejemplo, por la AP-9 entre Pontevedra y Vigo supone desde el 1 de enero una tarifa de 3,90 euros, frente a los 3,75 que se pagaban antes, y todo esto después de que la autopista gallega fuese ya la única que incrementó sus precios dos veces el ejercicio anterior. Con el inicio del año los peajes de la AP-9 se dispararon más que los de cualquier otra autopista de España: un 3,51%, frente al 1,67% de la gran mayoría del resto del país, ya que esta última cifra es la que había marcado como media el Consejo de Ministros.
Los alimentos que más se encarecieron en el último año fueron las patatas, el pescado y la fruta, según la variación del IPC
Y si todas estas subidas resultan estresantes, ir de compras no será la forma de relajarse ni siquiera para aquellos que disfruten haciéndolo, teniendo en cuenta la variación del IPC. De acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Estadística, 2018 se despidió en la provincia de Pontevedra con una subida del índice general de precios del 1,2% con respecto al año anterior. En este territorio, los alimentos y las bebidas no alcohólicas incrementaron sus importes un 1,5% de media de variación anual, mientras que la ropa y el calzado subieron un 1%.
En la cesta de la compra, los artículos que más se encarecieron de acuerdo con los últimos datos del IPC fueron las patatas (19,4% de variación anual), las frutas frescas (5,1%), el pescado fresco y congelado (4,5%), la carne de ave y también el pan (2,6% cada uno). Por el contrario, lo que más se abarató fue el aceite, que en diciembre costaba un 12,9% menos que en el mismo mes del año anterior, según la misma fuente. También bajaron la carne de ovino (-0,5% de variación anual), las frutas en conserva y los frutos secos (-3,1%), la leche, el café, el cacao y las infusiones (-0,8%) y los preparados de legumbres y hortalizas (-0,3%).
Asimismo, en Pontevedra la enseñanza se encareció un 1,8% en el último año e ir a restaurantes y hoteles en esta provincia cuesta un 2,6% más que hace doce meses, tal y como muestra el balance del IPC. Ni siquiera ponerse enfermo sale a cuenta, ya que los precios de la sanidad aumentaron en el territorio pontevedrés un 0,5% con respecto a hace un año. Menos mal que el ocio y la cultura bajaron un 1,1% y el transporte un 0,4%, así que siempre se podrá coger un autobús e irse a leer un libro a otra parte.
Las pautas de ahorro se pueden aplicar a todos los ámbitos, incluida la cesta de la compra. En España, el gasto medio en alimentación es de 127 euros mensuales por persona, pero elegir bien el supermercado puede reducir el gasto en 947 euros al año, según la OCU. A la hora de ir al súper, los consejos son mirar siempre el precio por kilo o por unidad (que tiene que aparecer en los carteles), así como repasar los productos situados tanto en la parte más alta de las estanterías como en la más baja, pues las marcas suelen pagar por los estantes situados a la altura de la vista y eso hace que repercuta en su precio final.
FIDELIZACIÓN. Además, según un informe elaborado por el comparador Kelisto, utilizar las tarjetas de fidelización de los supermercados podría suponer un ahorro del 0,8% sobre el consumo anual total.
Revisar el ticket de la compra también es fundamental para comprobar que los descuentos hayan sido aplicados y, la recomendación más efectiva: la planificación es la base del ahorro. En España, el 4% de lo que se compra acaba en la basura, por lo que se tiran 1.246 millones de kilos de comida en buen estado. El 85% de esa cantidad se desecha tal y como se compró.
