Cuatro años de cárcel por acosar, vejar y maltratar a su expareja en Pontevedra

La Audiencia, que rebajó las penas, condena a un individuo que "no aceptó la ruptura" y obligó a la víctima a dejar su trabajo en la Boa Vila y desplazarse a otro lugar ► El tribunal observó "constantes actos de violencia física y psíquica" que comenzaron a finales de 2015
Una de las zonas en las que se produjeron los delitos. DP
photo_camera Una de las zonas en las que se produjeron los delitos.

Dos años de cárcel por malos tratos, un año por acoso y otro por incendio. Esa es la condena final, tras las modificaciones aportadas por la Audiencia (rebajas) impuesta a un individuo que agredía, vejaba y acosaba a su expareja en lugares públicos y privados, siempre en la ciudad de Pontevedra, llegando al extremo de plantarle fuego al coche de su exsuegra, entre otras innumerables fechorías.

El encausado, con antecedentes penales por hechos similares, ya ejerció sobre su víctima cuando eran pareja (apenas 8 meses entre 2015 y 2016) "constantes actos de violencia física y psíquica, consistentes en cogerla por el cuello, llamarla puta, zorra (...) y darle golpes a todo lo que encontraba en casa", revela la sentencia.

Tras finalizar la relación, el acusado no aceptó la ruptura, por lo que comenzó a llamarla por teléfono a todas horas y desde distintos teléfonos. "Vuelve conmigo que estoy dejando la mierda en la que estoy metido", le decía.

Además, se presentaba en el domicilio de su ex, en su lugar de trabajo y en los bares que solía frecuentar, incluso en el que comía, ubicados, entre otros puntos, en la calle Joaquín Costa de Pontevedra. Fue en ese vial donde, en una ocasión, la persiguió y la agarró del brazo para que hablase con él. En ese tiempo también la esperaba en el coche e insistía en las llamadas, lo que obligó a la víctima a dejar su trabajo en Pontevedra y buscarlo en otro lugar.

Otros actos punibles fueron la compra de un teléfono con los datos de la víctima, los insultos y las amenazas a la salida de un supermercado de la Boa Vila y el incendio de su vehículo (a nombre de su madre, pero empleado por ella) plantándole fuego usando gasoil como combustible.

"Todas estas acciones, reiteradas y frecuentes, provocaron una alteración grave de la vida cotidiana de la víctima", señala la sentencia.

En el juicio, además, varias testigos corroboraron agresiones, entre ellos el de su madre, que presenció situaciones de acoso en la calle Virxe do Camiño y la vio con un ojo morado, entre otras circunstancias.

La Audiencia rebajó las penas por el incendio y por el acoso.

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