Siete años de cárcel para el narco que montó una pista de aterrizaje para exportar cocaína

El barbanzano Juan Carlos Otero operaba en Marruecos y trabajaba con colombianos e italianos en una gran ruta aérea de drogas

El condenado y el buque Doña Fortuna, que transportó un gran alijo con el que fue vinculado en 2009. ARCHIVO - Juan Carlos Otero García
photo_camera El condenado y el buque Doña Fortuna, que transportó un gran alijo con el que fue vinculado en 2009. ARCHIVO

El Tribunal de Primera Instancia de Al Yadida (Marruecos), a 180 kilómetros al Sur de Rabat, condenó a siete años de cárcel a Juan Carlos Otero García, empresario de la construcción y narcotraficante de Boiro, que fue detenido a principios de diciembre de 2018 en relación con una red criminal dedicada a la recepción en África de importantes cantidades de cocaína desde Sudamérica y su posterior envío hacia Europa, teniendo a España y especialmente a Italia como destinos preferentes.

Otero, que fue detenido en 2009 y condenado en 2013 en el marco de la operación Giga, una de las más importantes de la historia del narcotráfico gallego, llevaría años instalados en la costa occidental de Marruecos, según sospechan los investigadores. De hecho, en aquella ocasión ya se le había relacionado con narcos magrebíes, colombianos y también con la Camorra, que iba a recepcionar parte de la mercancía que entonces se incautó en el pesquero Doña Fortuna en dirección a las rías gallegas.

En esta ocasión, según detallan los medios de comunicación marroquíes, Otero fue condenado junto a otro súbdito español y tres colombianos.

El diario Assabah subrayó que las investigaciones demostraban que esta red preparaba la playa de Sidi Bunaim en Al Yadida como pista para recibir 10 kilos de cocaína que iban a ser transportados hacia España.

La red fue desmantelada el pasado diciembre por los efectivos de la Oficina de Investigaciones Judiciales (BCIJ, órgano de élite que interviene en casos de terrorismo y narcotráfico internacional), tras la incautación entonces de un alijo de 1,4 toneladas de cocaína.

Los miembros de la red planeaban también montar en Bujador, en el Sáhara Occidental, otra pista clandestina de aterrizaje que sirviera de escala para aviones de transporte de droga entre América Latina y Europa.

En el momento de las detenciones, además de la droga, fue incautada una gran cantidad de queroseno (combustible para aviones), además de motores y generadores, lo que, unido al hallazgo de la propia pista, demostró que estas personas exportaban cocaína en aviones.