La aparición de centenares de peces muertos se extiende hasta la playa de Lourido

El Seprona corrobora la tesis de Medio Ambiente al descartar un vertido y vincula el origen con una menor salinidad debido a las lluvias
Ejemplares varados, este miércoles, en la costa de Lourido. M.V.
photo_camera Ejemplares varados, este miércoles, en la costa de Lourido. M.V.

Las aguas del río Lérez y del principio de la ría continúan poblándose de centenares de peces muertos de la especie salpa o salema, que se suelen desplazar en grandes bancos. Pese a que las gaviotas se apresuraron a dar buena cuenta de los ejemplares que flotan en el agua, muchos de ellos han llegado ya hasta los arenales de Lourido, despertando la lógica sorpresa entre los transeúntes.

Los primeros hallazgos se detectaron en marzo, aunque entonces no habían sido tan ostensibles. Fue el pasado fin de semana cuando se produjo una masiva presencia de ejemplares en el cauce fluvial, lo que invitó a muchos vecinos a pensar en algún vertido tóxico.

Sin embargo, tal y como adelantó este periódico el pasado lunes, las primeras investigaciones de técnicos de la Consellería de Medio Ambiente y de Augas de Galicia descartaron esa hipótesis y apuntaron hacia las lluvias caídas en los días previos, que habían alterado la salinidad del agua, afectando gravemente a esta especie, que es muy susceptible a esos cambios en el agua.

Agentes de la Guardia Civil inspeccionando el cauce fluvial. CEDIDA
Agentes de la Guardia Civil inspeccionando el cauce fluvial. CEDIDA
 

A las pesquisas se sumó también el Seprona de la Guardia Civil, que confirmó que los peces localizados el día 1 se encontraban en el límite superior de la zona de desembocadura del río, entre el puente del ferrocarril de Monte Porreiro y la playa fluvial. Algunos ejemplares llegaron incluso hasta la isla de Tambo.

"Teniendo en cuenta el gran caudal de estos días a causa de las lluvias y la acción de las mareas, los peces muertos se dispersaron hasta llegar más allá del puente de la autopista que cruza la ría de Pontevedra", explica.

Con el auxilio y colaboración del Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil, el Seprona recorrió e inspeccionó el tramo superior de la desembocadura del río, sin que se encontrasen más peces muertos ni rastro de vertidos tóxicos. No obstante, se dio aviso al 112 para activar, en su caso, el prevenido protocolo de control de vertidos.

Las investigaciones realizadas por el Seprona concluyen lo adelantado ya por los técnicos de la Xunta, en el sentido de que "la mortandad fue selectiva. No afectó a la fauna piscícola fluvial, sólo a especies marinas, fundamentalmente a la conocida como salpa o salema, que normalmente se desplaza en grandes bancos por la parte del río de agua salobre".

"Este episodio, tan singular, se puede asociar por analogía con el sucedido a comienzos del mes de marzo donde pasó algo similar", agrega la Guardia Civil, que puntualiza que "en ambas ocasiones las abundantes lluvias provocaron un descenso en la salinidad de agua".

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