La Segunda República, la Revolución Gloriosa de 1868 que destronó a la reina Isabel II y la Transición Española han sido los tres temas de los textos que han caído en el examen de Historia de España, el primero de la Avaliación do Bacharelato para o Acceso á Universidade (Abau) 2023 en Galicia.
Desde pasadas las 9.00 de la mañana de este martes, casi 12.800 estudiantes gallegos –esta es la cifra de matriculados, a falta de conocer cuántos se presentan finalmente– han llenado los 36 centros habilitados en diez municipios gallegos para el desarrollo de estas pruebas que servirán de entrada a la universidad.
Tres de estos centros están en el campus de Pontevedra, a donde llegaron 1.303 estudiantes de 30 centros educativos de 14 municipios de la provincia. Al igual que en 2022, Ciencias da Educación e do Deporte es la facultad de la UVigo que acoge a más matriculados en estas pruebas (505), seguida de Comunicación (414) y la Escola de Enxeñaría Forestal (345). A ellos se suma como sede de la Abau el Centro de Recursos Educativos (CRE) Santiago Apóstol de la Once, donde estos días realizan los exámenes una quincena de estudiantes que necesitan adaptaciones.
"O primeiro que me gustaría destacar é a normalidade", subrayó tras el inicio de las pruebas el delegado de la UVigo en la Comisión Interuniversitaria de Galicia CIUG), el profesor Iván Area. Explicó que, con respecto a la edición del año pasado, la Abau incorpora algunas novedades, como la recuperación de los detectores de frecuencia que ya se habían usado en 2019, "e que retomamos para garantir a igualdade de oportunidades".
De hecho, en el inicio de las pruebas no se produjo ninguna incidencia con el uso de estos receptores, "máis aló dos móbiles de algún vogal ou algún que quedara dentro das mochilas sen apagar", pero hacia el final de la mañana estos aparatos permitieron detectar el caso de una persona, en el campus de Ourense, que empleaba un reloj inteligente para copiar. Reconoció el uso de este dispositivo prohibido y fue expulsada de la Abau.
Otro caso similar ocurrió en el campus de Santiago. Podrán presentarse a la convocatoria extraordinaria de julio.
"O alumnado ten que entender que este é un proceso de concorrencia competitiva. Se alguén copia e saca mellor nota que outra persoa, ao mellor esta queda sen praza", destaca Area.
Todas las pruebas mantienen el modelo instaurado con la pandemia de la covid-19, es decir, con una mayor opcionalidad a la hora de responder.
El examen de Historia de España propone cuatro preguntas de las cuales hay que responder un máximo de dos.
Tres de las cuatro cuestiones eran elaborar composiciones históricas sobre la Revolución Gloriosa de 1686, el establecimiento de la Segunda República y la Transición, por lo que los estudiantes tenían que hacer, por lo menos, una de estas.
La cuarta pregunta versaba sobre definir términos y desarrollar temas como los Reyes Católicos, la Reconquista y los pueblos prerromanos de la Península Ibérica, entre otros.
La tragedia de Melilla, texto de comentario crítico
Tras un deceso de media hora, el segundo examen ha sido el de Lengua Castellana y Literatura II, a partir de las 12.00 horas. En este caso, se proponían ocho preguntas de las que solo había que responder a cinco.
El habitual texto para hacer un resumen y redactar un comentario crítico era una columna del periodista Xavier Vidal-Folch sobre las muertes en la valla de Melilla, publicada en El País en diciembre de 2022.
El examen de Lengua Castellana también recogía hasta cuatro cuestiones sobre literatura, para las cuales se presentaban fragmentos del Romancero Gitano, de Federico García Lorca; de Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez; de La mordaza, del dramaturgo Alfonso Sastre; y de un poema de Gloria Fuertes.
Esta primera jornada de la Abau 2023 se completa por la tarde con las primeras pruebas de materias de modalidad, en función de la opción de Bachillerato que haya cursado cada uno: a las 16.00 serán los exámenes de Matemáticas II o Latín II; y a las 18.00 los de Economía de la Empresa o Diseño.
La selectividad se extenderá hasta la tarde del jueves y los aspirantes todavía tendrán que esperar una semana para conocer los resultados.
Examen "similar" al del instituto
El presidente de la CiUG evita dar consejos a los que se enfrentan a las pruebas, porque "para los chavales no hay ninguna recomendación que les valga hasta las 10,10 o 10,15", una vez tienen delante los folios con las preguntas.
"Cuando ven el examen y ven que es similar a los que ya hicieron a lo largo del año en el instituto, a partir de ese momento ya se tranquilizan y dicen: 'Bueno, los siguientes van a ser también así'", relata Rodríguez.
Ello no evita que, en los descansos entre prueba y prueba, los estudiantes se dividan en grupos para comentar qué tal les fue, para hablar de otros asuntos que les ayuden a despejarse o, incluso, para dar un último repaso.
Nervios, repasos y algún que otro 'listillo'
Nervios, repasos de última hora y algo de tensión es lo que se ha vivido en este primer día de selectividad en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela, una de las comisiones delegadas a la que han acudido alumnos y alumnas desde las nueve de la mañana, con los apuntes en mano, para afrontar el inicio de las pruebas.
Por el momento, no se han notificado incidencias, más allá de los nervios habituales, olvidos y tensión acumulada ante unos exámenes que pueden determinar el futuro de muchos alumnos y alumnas.
Aunque la mayoría de matriculados se presenta en esta fase ordinaria a la parte obligatoria (materias comunes) y a las optativas, además de las asignaturas específicas -en función de la carrera que quieran estudiar-, unos 2.000 alumnos y alumnas se presentan solo a las específicas.
Este es el caso de María, que quiere estudiar Psicología. Solo vino a hacer Biología, porque es el segundo año que se presenta. A pesar de ello, señala a Efe que siente "mucha más presión que el año pasado" porque quiere entrar "este año sí o sí".
Miguel ha admitido que está bastante nervioso. Quiere hacer Criminología y necesita una nota alta, aunque lleva preparándose dos semanas y espera que todo vaya bien. "Yo creo que este va a ser el día más difícil, aunque tengo que centrarme también en los siguientes para que me salgan bien", ha afirmado.
Otra alumna, Paula, reconoce que tiene un poco de nervios, pero también "ganas de que se acabe ya". "Llevamos como dos semanas estudiando un montón para esto y que se acabe es un alivio. Quiero estudiar Ingeniería Aeroespacial o Ingeniería de Energías. Hice un buen Bachillerato pero creo que también tengo que sacar buena nota aquí", ha declarado.
Uxía, también nerviosa, espera calmarse "a lo largo de la mañana", una vez que pase el primer examen: "Quiero estudiar Fisioterapia, pero depende de la nota. Me consideraba preparada pero al llegar aquí ya creo que no lo estoy tanto", admite.
A los estudiantes los acompaña la profesora Luisa Prieto, vocal delegada de la comisión número cinco en la Facultad de Comunicación. Ella ha dicho a Efe que están algo nerviosos, como es habitual, pero que cuando pasa la primera hora "se van tranquilizando". "Yo creo que vienen preparados, el porcentaje de aprobados estos últimos años ha sido muy elevado, así que esperamos que así sea", ha comentado Prieto.
"Yo estoy tranquilo. Estudié mucho y voy preparado. Quiero hacer Odontología", cuenta Tomás a pocos minutos de comenzar el primer examen. Según dice, para una buena prueba es necesario "evitar los nervios" y pensar que "solo es un examen", como los que llevan haciendo durante todo el curso.
El vicepresidente de la Comisión Interuniversitaria de Galicia (CIUG), Celso Rodríguez, ha señalado que las pruebas son importantes, pero que tienen un peso del 40 % respecto al 60 % que corresponde a las notas del Bachillerato.
Sin embargo, ha admitido que "la presión no la quita nadie", porque muchas veces alumnos o alumnas no entran en algunas carreras por décimas, dependiendo de las plazas.
Ha destacado que no ha habido incidencias destacables, más allá de que en alguna comisión falte alguna pegatina o haya algún error puntual y subsanable.
Eso sí, una de las novedades de este año en las pruebas es el regreso de los detectores de frecuencias en todas las aulas, con el objetivo de evitar que los alumnos copien a través de dispositivos.
En Ourense, de hecho, pillaron a una alumna con un dispositivo electrónico gracias al detector, por lo que fue expulsada de toda la Abau, tal y como vienen reflejado en las normas.
"Vamos a tratar de hacerlo lo más difícil que podamos, por un criterio de equidad e igualdad de oportunidades", ha explicado.