Así da gusto ir a clase

El restaurante del CIFP Carlos Oroza abre al público con 32 comensales y la participación de 14 estudiantes de Servizos y doce de Cociña para ofrecer un "menú sencillo" ▶Ya hay lista de espera

Los estudiantes del CIFP Carlos Oroza fueron los encargados de cocinar y servir los platos para 30 clientes reales. J. CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Los estudiantes del CIFP Carlos Oroza fueron los encargados de cocinar y servir los platos para más de 30 clientes reales. J. CERVERA-MERCADILLO

Tosta de salmón, molleja y pastel de pescado como aperitivos, seguidos de ensalada de setas, dorada a la parrilla y escalopines al mencía. De postre, una elección entre tarta Mascota -a base de almendra en cantidad- y brazo de gitano. Súmenle agua, una copa de vino y un café para rematar la jugada. Todo ello servido según mandan los cánones y por apenas diez euros.

No es el último grito en la hostelería pontevedresa, sino un viejo conocido. El restaurante Álvaro Cunqueiro, que lleva el nombre del insigne escritor y periodista amante de la gastronomía, es una pieza indispensable en el Centro Integrado de Formación Profesional Carlos Oroza. Este martes reabrió al público una vez encarrilado el nuevo curso.

Los estudiantes del CIFP Carlos Oroza fueron los encargados de cocinar y servir los platos para 30 clientes reales. J. CERVERA-MERCADILLO (2)Los estudiantes del CIFP Carlos Oroza fueron los encargados de cocinar y servir los platos para 30 clientes reales. J. CERVERA-MERCADILLO (3)

Lo hizo con 32 comensales. Excepto algunos invitados por ser el primer día, el grueso de la sala estuvo ocupado por "clientes", muchos de ellos asiduos, que reservaron previamente en el teléfono 886 159 545. "Hai lista de espera", confirma entre fogones Daniel Pulzoni, profesor del Ciclo Medio de Cociña y director de una orquesta culinaria formada por doce alumnos de segundo curso. "Esta é unha actividade consolidada. Intentamos recrear o menú dun restaurante á carta, tanto en cociña como en sala", siempre respetando la filosofía del save food y aprovechando los vegetales cultivados en la huerta ecológica del propio centro. "A materia prima do restaurante é a mesma que a do self service -donde almuerzan los estudiantes-, pero adaptando a elaboración e cunha presentación totalmente distinta".

CONEJILLOS DE INDIAS. Como les gusta decir tanto al director del CIFP, Manuel Hermo, como a la vicedirectora, Pilar Tallón, lo importante es "aprender facendo".

El responsable de que todo marche sobre ruedas en la sala es el docente José Manuel Rey, quien supervisa a 14 estudiantes de segundo del CM de Servizos. "Hoxe temos un menú pechado, pero en función das reservas ofrecemos pratos á carta, menús rexionais, de degustación...". Los clientes son conejillos de indias, admite, aunque "a xente sae contenta, porque tampouco percibe esa parte técnica" en el que un experto podría hallar algún fallo. Los comensales son recibidos en la puerta para confirmar la reserva, les ofrecen el guardarropa y los llevan a su mesa. Es el trabajo que culmina una mañana de preparativos para tener todo a punto y que se completa con una reunión posterior en la que se valora la tarea realizada y se corrigen posibles fallos, explica Rey.

El profesor recuerda que, pese a sentirse como en un restaurante convencional, no deja de ser "unha clase", por lo que los comensales deben cumplir un horario y ajustarse a las especificaciones de cada día. "Segundo como sexan as prácticas podemos ter máis ou menos mesas, ou menús especiales, como o de Nadal, para 40 ou 50 persoas comendo xuntas", para que el alumnado se curta en todo tipo de dinámicas.

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