La Deputación ha iniciado la limpieza y desescombro de la planta baja del antiguo convento de Santa Clara. Los trabajos se llevan a cabo en los bajos de los dos edificios del cenobio en virtud del protocolo que la institución provincial y el Concello, propietario del recinto, firmaron el pasado mes de diciembre para estudiar la posibilidad de convertir este conjunto en la séptima sede del Museo de Pontevedra.
Las tareas estarán rematadas esta semana y serán el paso previo al inicio de las catas arqueológicas que verificarán si Santa Clara puede acoger los fondos arqueológicos de toda la provincia, ampliando así la manzana museística que la Deputación tiene en la ciudad.
La limpieza comenzó con una primera selección de elementos y objetos que se deben conservar, como enrejados, alacenas, puertas y docenas de cacharros que las monjas clarisas empleaban en su vida cotidiana. La empresa contratada para esta intervención retirará otros elementos residuales, sin valor, como vides, leña o tejas en muy mal estado de conservación.
Los técnicos provinciales son los encargados de supervisar estos trabajos de limpieza indicando qué elementos se pueden conservar y cuáles no. Una vez rematada esta tarea, la Deputación podrá iniciar las catas arqueológicas, que se acompañarán de un estudio de paramentos y otro de carácter histórico y artístico.
Este documento será esencial, por ejemplo, para analizar la evolución del convento y ver el encaje para convertirlo en sede museística. El concejal de Urbanismo, Xaquín Moreda, asegura que una de las zonas que serán objeto de este estudio es la ampliación frustrada del cenobio. Los técnicos creen que una de las naves que conforman la edificación, la que está más pegada a Cobián Roffignac, podría tener restos de una antigua cimentación. Esta posibilidad facilitaría la ejecución de obras para que Santa Clara pueda albergar los restos arqueológicos de las Rías Baixas.
Los técnicos creen que una de las naves del convento conserva una cimentación de una ampliación frustrada, lo que abriría la puerta al proyecto de museo
MURAL. La limpieza de las estancias permite ver con mayor claridad la pegada histórica de la Orden de las Clarisas en el conjunto monacal. Prueba de ello es el refectorio que las monjas utilizaron hace más de 200 años, antes de trasladarse al actual comedor, situado en la planta superior.
En esta estancia se ha descubierto un mural, que podría datar del siglo XVIII. La pieza artística es una policromía ubicada en una pared encalada que está al lado de una lareira. En ella pueden observarse grafías y dibujos zoomorfos, como el que representa la figura de un pájaro.
El hallazgo, avanzado recientemente por este periódico, se produjo en el marco de una visita de la Escola de Restauración e Conservación de Bens Culturais de Galicia a Santa Clara. La institución académica ha mostrado su interés por estudiar y datar esta pintura, que podría haber sufrido varios daños debido a que en la sala en la que se encuentra, el antiguo refectorio, ha tenido distintos usos: desde gallinero hasta cuadra y almacén para guardar las patatas.
Entre los descubrimientos realizados en el cenobio figuran también una posible ara romana; una columna con grabados situada en el claustro y una piedra con simbología medieval en la salida al cementerio.
