Así se usa un compostero

Los tres centros que estrenarán los vecinos de Monte Porreiro en julio no solo servirán para reciclar restos de comida, sino también servilletas de papel blancas o excrementos de mascotas
Una muestra de compost
photo_camera Una muestra de compost

El nuevo sistema de basuras de Pontevedra se estrenará en julio en Monte Porreiro. El reciclaje de residuos orgánicos a través de composteros comunitarios suscitó el lunes preguntas de todo tipo por parte de los vecinos del barrio, que participaron en una asamblea con políticos y técnicos en la que se resolvieron todas sus dudas.

¿Qué se puede reciclar?



A los composteros comunitarios habrá que llevar la basura orgánica. Esto comprende todos los restos de la comida: desde la monda de un plátano a las espinas del pescado o un trozo de bistec. Pero también incluye otro tipo de residuos, como las servilletas o el papel de cocina. Eso sí, el único requisito para poder reciclar este material es que las servilletas sean blancas y no tengan ningún tipo de dibujo o tinte, ya que este tipo de colores conlleva la aplicación de productos químicos que afectaría al proceso de producción del compost.

Los vecinos también pueden trasladar al compostero los excrementos de sus mascotas. Como resulta evidente, las bolsas de plástico no podrán depositarse en el compostero. Los pañales de bebé, que son residuos sanitarios, no podrán dejarse en estas instalaciones. Tampoco las patas de jamón.

¿Dónde estarán instalados?



Monte Porreiro instalará sus primeros centros de compostaje en tres lugares: la Praza de Europa y las calles Alemaña e Italia. Allí, el Concello ha construido una especie de islas que contarán, cada una, con cinco módulos para hacer compost. Los centros también tendrán un cajón con material estructurante (restos de poda) que los vecinos deberán usar cuando depositen sus restos de comida en las instalaciones, además de una pequeña fuente y una papelera.

¿Qué se hará con el compost?



El proceso de producción del compost, que estará controlado por expertos y que dura unos 21 días, se divide en tres fases. En la primera, los vecinos se limitan a echar la basura orgánica y el estructurante en dos de las cinco unidades de compostaje. El paso siguiente será el traslado de estos residuos a otros dos módulos para la fase de maduración. La tercera y última fase es la del secado, previa a la obtención del abono natural: un 10% de todo lo que se haya reciclado. Es decir, si se lleva al compostero una tonelada de restos de comida se obtendrán 100 kilos de compost, la cantidad que a diario produce el depósito situado en la Cidade Infantil Príncipe Felipe.

El material obtenido se usará como fertilizante para las huertas ecológicas promovidas por la asociación de vecinos O Mirador de Monte Porreiro, una de ellas de nueva creación, o para los jardines y plantas de los residentes del barrio.

¿A cuántos vecinos dará servicio?



El Concello calcula que cada módulo de compostaje (habrá cinco en cada isla) puede recoger la basura orgánica diaria de entre 150 y 200 vecinos. Después del verano, se instalarán el resto de unidades de compost. En total habrá 204 en 33 ubicaciones distintas.

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