Así serán los nuevos lombos

El Concello aprueba que los badenes que se construyan en el futuro tengan el mismo diseño y que la distancia entre ellos sea de entre 25 y 100 metros ►La pendiente media de la rampa será del 10%

Los primeros lombos se colocaron en Orillamar en 2004. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Los primeros lombos se colocaron en Orillamar en 2004. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El Concello aprobó este lunes una directriz para que los lombos que se instalen a partir de ahora tengan el mismo diseño. La concejala de Seguridade Cidadá, Carme da Silva, aseguró que esta orden de servicio, que se aplicará en futuras obras públicas y privadas, convertirá a Pontevedra "na primeira cidade cunha normativa propia para elementos de calmado do tráfico".

¿Cómo serán los lombos?

Las características de los pasos sobreelevados que se coloquen en carreteras de titularidad municipal serán similares a las recogidas por dos normativas estatales: la del Ministerio de Fomento, que recomienda que los badenes se adapten a las aceras en las calles que disponen de estos elementos, y la del Ministerio de Fomento, que establece que los lombos no superen los diez centímetros de altura. A mayores, el Concello aportará su granito de arena incorporando informes técnicos propios de 2010 y los estudios de la guía de movilidad de la Deputación.

Los requisitos que deberán cumplir los nuevos badenes se resumen en tres puntos. El primero es que el tipo de dispositivo de calmado de tráfico "conlevará a modificación vertical das rasantes da calzada". Es decir, que podrán construirse pasos sobreelevados, plataformas, mesetas o reductores físicos de velocidad. No se permitirán, sin embargo, elementos prefabricados porque se deterioran rápidamente y causan molestias y ruidos.

La segunda regla es que los lombos nunca se colocarán de forma aislada. Tendrá que haber varios en la misma zona para garantizar la seguridad vial. La idea es que la distancia entre ellos sea de entre 25 y 100 metros, que variará en función del tipo de vía. "A distancia ideal é de 35 metros", señaló Da Silva.

El tercer punto de la instrucción del Concello atiende al diseño concreto de los pasos sobreelevados, que deberán ser continuos y cubrir todo el ancho de la calzada, especialmente en el rural, en donde no hay aceras que delimiten el espacio entre coches y peatones.

Los lombos deberán estar bien señalizados e iluminados y la pendiente media de sus rampas será del 10% y nunca superior al 15%. Esto supondrá que los accesos a los badenes deberán tener una altura de entre seis y 14 centímetros. Lo recomendable, según los técnicos, es elevar esta cota a un mínimo de ocho centímetros.

Los badenes también deberán facilitar el paso de autobuses con plataforma baja y disponer -si es necesario- del correspondiente drenaje.

Las mesetas, que son las alternativas a los lombos en los cruces, tendrán una longitud de cinco metros. Nunca inferior a los cuatro metros.

En cuanto a las pendientes de las rampas y la longitud de las bases de los badenes, estas serán distintas según la limitación de velocidad que tengan las vías y la altura del elemento. En la zona 30 (la más extendida en la ciudad), el porcentaje de pendiente será del 9% en las rampas de seis centímetros de alto, del 8% en las de 8 centímetros, del 7,5% en las de 10 y del 7% en los accesos con una altura de 14 centímetros.

¿Obligará a cambiar los que hay?

No. La concejala de Seguridade Cidadá asegura que la mayor parte de los badenes que existen en el municipio cumplen ya con estos requisitos. De hecho, asegura que algunos pasos se han modificado (rebajando o aumentando su tamaño) para garantizar la seguridad vial.

¿Cuántos lombos hay?

El último informe del ingeniero municipal hecho público por el Concello cifró el número de lombos en 353. El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, habló durante un congreso celebrado el año pasado en París de que Pontevedra disponía ya de unos 900.

Los primeros badenes se colocaron en 2004. Los instaló la Deputación en el acceso a Monte Porreiro, en la avenida de Bos Aires, tras la presión de los vecinos.

¿Han salvado vidas?

Eso defiende el Concello. La última víctima mortal en un accidente de tráfico en vías urbanas de la ciudad se registró en febrero de 2011.