El asilo ubicado en la calle Loureiro Crespo permanece cerrado desde la primavera de 2012, año en el que la congregación religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados decidió clausurarlo.
El centro sigue desde entonces sin un uso definido a pesar de las distintas iniciativas que se pensaron para el mismo. Una de ellas, sugerida por el Concello de Pontevedra, pretendía convertirlo en un centro para personas refugiadas.
Sin embargo, la oposición de sus propietarias a la propuesta impidió que ésta pudiera llevarse a cabo.