Atrapados en Ecuador: la odisea de 63 sanitarios españoles

Entre ellos se encuentran dos residentes de Medicina Familiar del Centro de Saúde de Bueu y una periodista de Ponteareas 
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photo_camera El grupo de sanitarios afincado en Babahoyo. CEDIDA

Aloia Fernández y Sara Velo no se esperaban lo que les deparaba el futuro cuando de manera altruista accedieron junto a otros 61 sanitarios españoles a participar en un voluntariado en Ecuador. La crisis por el Covid-19 las sorprendió en Babahoyo, a una hora de la ciudad de Guayaquil, el pasado lunes. De la noche a la mañana les cancelaron la campaña y se estableció la cuarentena en el país.

Ambas son residentes de Medicina Familiar y Comunitaria en el Centro de Saúde de Bueu y su objetivo es claro. "Nosotras en cuanto lleguemos queremos trabajar y ayudar en todo lo posible", asegura Fernández.

Los 63 sanitarios pertenecen a la Asociación Internacional de Sanitarios de España, AISE, y la gran mayoría se encuentra a la espera de respuestas. El miércoles consiguieron volar algunos de los voluntarios, explica Aloia, pero desde entonces todos los vuelos se han cancelado y las respuestas no parecen llegar.

"No somos bienvenidos porque la gente cuando se entera de que procedemos de España se tapa la boca y nos gritan por la calle"

Alojados en hostales, pensiones o incluso un convento, asegura que se encuentran encerrados. "Únicamente podemos salir por las mañanas al supermercado o la farmacia y hay toque de queda desde las 2 del mediodía hasta las 5 de la madrugada", explica.

VUELOS CANCELADOS. Están en continua comunicación tanto con el cónsul de España en Ecuador como con AISE y asegura que ambos se encuentran muy pendientes de todos ellos. Tras lo ocurrido, el consulado gestionó unos billetes para poder repatriar a todos los sanitarios. La compañía Iberia fue la encargada de enviar un avión vacío con el único propósito de traerles de vuelta. Sin embargo, a su llegada a Guayaquil la aeronave se topó con una pista cerrada por orden de la alcaldesa de la ciudad y, ante las circunstancias, el vuelo tuvo que desviarse al aeropuerto de Quito. Allí se mantiene a la espera de instrucciones tras la decisión de Iberia de cancelar todos los vuelos previstos por medidas de seguridad.

Que su país sea el cuarto en la lista de más afectados a nivel mundial, no ayuda tampoco. "No sé si es por ser de España, no lo podría asegurar, lo que sé es que no somos bienvenidos porque la gente cuando se entera de donde somos se tapa la boca y nos gritan por la calle", explica Aloia.

La incertidumbre de su caso es lo que les ha movido a impulsar su situación a través de las redes sociales: "Decidimos empezar con todo esto a raíz de la noticia de la cancelación de los vuelos. Al no tener respuesta y viendo que está todo muy parado, hemos decidido empezar a moverlo".

Y todo con un objetivo claro: "Queremos volver para poder ayudar cuanto antes. Ahí hacemos falta y aquí estamos sin hacer nuestro trabajo". Por ello, tanto Aloia como Sara volverán a Bueu tan pronto como les sea posible para poder seguir ejerciendo su labor.

Anímicamente asegura que "hay muchos altibajos porque estamos recibiendo noticias continuamente y todo cambia repentinamente".

Olalla Arbones

El testimonio de Olalla Arbones transmite la misma incertidumbre que la de sus compañeras de Babahoyo. Periodista de profesión, acudió a Ecuador con la Asociación Internacional de Sanitarios de España para, como ellas, ejercer voluntariado. Pertenece al grupo tres y llegó al país el 21 de febrero. Asegura que su mayor preocupación es el aislamiento que sufre el grupo en el que ella se encuentra. "Estamos en una zona completamente aislada, en plena Amazonia ecuatoriana", explica.

Afincados en el pueblo de Guadalupe en una misión de las monjas franciscanas, afirma que están siendo tratadas muy bien y que se encuentran a salvo, pero completamente separados de la civilización. "Tenemos el aeropuerto de Guayaquil a 11 horas de viaje en coche, toque de queda a partir de las 2 de la tarde y la situación aquí cada vez se pone más complicada. Las comunicaciones por carretera están muy restringidas y hay zonas que tienen barricadas para impedir que la gente se mueva de una provincia a otra", explica Olalla.

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