El autobús urbano de Pontevedra crece. Y lo hace en un contexto de crisis de carburantes que ha llevado a más vecinos a optar por el transporte público como fórmula para desplazarse y ahorrar. Un total de 5.719 pontevedreses disponen de las tarjetas que permiten acceder a descuentos en los viajes. Son un 37% más que hace un año, cuando se estrenaron las nuevas líneas del servicio.
Este repunte contradice la información publicada el pasado día 13 por este periódico, que se hacía eco de datos erróneos facilitados por la Xunta. La Consellería de Infraestruturas corrige ahora aquellas estadísticas, que situaban el número de tarjetas en 3.451. El departamento que dirige la conselleira Ethel Vázquez confirma además que a lo largo del presente ejercicio se tramitaron 2.167 altas en el sistema de Tarxetas de Tarxeta do Transporte Público de Galicia, las denominadas TPG.
Ir en bus en Pontevedra cuesta 1,50 euros. Es el precio del billete regular, que puede rebajarse si el usuario dispone de la tarjeta TPG. Para ellos, el viaje sale a 0,85 euros si el origen y el destino del trayecto se encuentra dentro del municipio. Además, los viajeros recurrentes también pueden acceder a descuentos mayores. Los que realicen entre 21 y 40 viajes al mes pagarán 0,51 euros por cada servicio. Los que hagan 41 o más solo abonarán 0,18 euros.
Desde el pasado 1 de septiembre, en el marco de una directriz autonómica, las personas que están abonadas al transporte público pueden acceder a una rebaja adicional del billete del 50%. La medida se mantendrá hasta finales de año.
Además de las TPG, el Ejecutivo gallego dispone de otra tarjeta, Xente Nova, que está dirigida a menores de 21 años y que permite un máximo de 60 viajes gratis al mes. En la práctica, supone la gratuidad del servicio. A este servicio están abonados 4.671 jóvenes, un 29% más que hace un año.
PIONERO. El sistema pontevedrés es único en Galicia porque utiliza líneas que vienen de otros municipios, como el de Marín, para garantizar el servicio dentro de la ciudad y evitar que los autocares vayan vacíos. La iniciativa es fruto de intensas negociaciones entre el Concello y la Xunta, que durante años se enfrentaron por la gestión y el diseño del bus.
El pacto entre ambas administraciones llegó en 2019, que se tradujo en un reparto de obligaciones económicas. El convenio entre las dos instituciones está vigente hasta el 31 de diciembre de 2024 y puede ser prorrogado por hasta cuatro años más.
El transporte urbano de Pontevedra cuenta con una aportación autonómica de 325.679,20 euros al año en compensación por las obligaciones de este servicio público. Además, el Gobierno gallego asume un descuento adicional del 50% en el precio de los billetes desde el pasado 1 de septiembre.
Por su parte, el Concello financia el sistema con una cuantía fija de 146.273,97 euros al año y una variable, que es la rebaja de 0,50 euros por viaje desde que se pusieron en funcionamiento las dos líneas urbanas.
El bus pontevedrés tiene dos líneas, la que une la estación de autobuses con Monte Porreiro, pasando por Orillamar y por el campus universitario de A Xunqueira, y la que llega al Hospital Montecelo. El servicio contará en breve con dos nuevas paradas: en Moldes y en Doce de Novembro. El pintado de esta última requiere obras de mejora de la seguridad vial.