3.869 delitos. Es la cifra acumulada en las estadísticas de delincuencia informática en la provincia de Pontevedra en 2019, el último año del que se tienen registros consolidados. Más de diez infracciones penales al día sitúan a esta modalidad ya no tan nueva como la gran amenaza del momento, en especial en lo que se refiere a los ataques contra el patrimonio ajeno. Y lo que es más preocupante: estos datos no han hecho más que crecer en los primeros meses de 2020, pandemia incluida, tal y como han declarado los responsables de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en la provincia.
"En comparación con otras actividades, el impacto del coronavirus en el cibercrimen ha sido el más visible". Opina José Torres, responsable de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Guardia Civil de Pontevedra. "Durante el confinamiento, casi todas las denuncias que entraban eran por esta clase de delitos", señala la Comisaría.
El empleo de Internet en distintos dispositivos, cada vez más generalizado, ha traído como consecuencia un incremento proporcional en la actividad delincuencial. Así, en el año 2011 las dependencias de la Policía y la Guardia Civil recibieron 797 denuncias, una cifra que fue creciendo poco a poco hasta las 1.570 de 2017 y las 2.132 de 2018. Sin embargo, el mayor aumento en la provincia de Pontevedra se registró en el último año (2019), llegando a rozarse los 4.000 delitos, un 80 por ciento más que en el ejercicio precedente.
En cuanto a los tipos de delitos más denunciados en la provincia, coinciden con los del resto de Esopaña. Así, en primer lugar se sitúa el fraude (las clásicas estafas informáticas), que suponen 3.204 de los hechos conocidos, justo el doble que en 2018. El resto de las modalidades también crecen, aunque en menor medida, destacando el acceso e interceptación ilícita o la falsificación.
Enfrente, las Fuerzas de Seguridad aún no cuentan con todos los recursos necesarios para poder frenar una escalada delictiva que camina varios pasos por delante.
