El 'banco bueno' que reparte una tonelada de comida cada día

El Banco de Alimentos provee a 36 asociaciones de la comarca
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photo_camera Un día en el Banco de Alimentos de Pontevedra. GONZALO GARCÍA

Tráfico de furgonetas, trajín de carritos de la compra y voluntarios que peinan canas corriendo de un lado a otro cargados con cajas, bolsas y paquetes llenos de comida. Es la imagen habitual de una mañana en la pequeña calle Faustino Santalices, donde el Banco de Alimentos tiene su almacén en Pontevedra, desde el que reparte unas 26 toneladas al mes, todas las mañanas, de lunes a viernes. Así, de su nave sale cada día en torno a una tonelada de comida para cubrir las necesidades básicas de quienes sufren las consecuencias de dos crisis cuyos efectos se solapan.

undefinedJosé Luis Doval, el presidente de esta versión de banco bueno en Pontevedra, dirige pedidos con prisas y comprueba uno por uno el contenido de los packs que se entregan. "Trabajo más ahora que estoy jubilado que durante mi vida laboral", resume antes de enumerar todas las tareas del día a día.

Todo lo que entra en el almacén del Banco de Alimentos tiene que ser registrado en una base de datos. "Además, hay que comprobar todo lo que entra, sobre todo por las fechas de caducidad, de aquí no podemos sacar nada fuera de fecha de consumo", recuerda mientras señala los montones de pedidos preparados para que las furgonetas de las asociaciones vengan a buscarlas. "Nosotros hacemos una entrega mensual de alimentos y, además, día a día, vamos repartiendo también productos que nos llegan frescos", explica.

Preparan una entrega mensual a las asociaciones y, además, reparten cada día los productos frescos que van llegando

Esta mañana toca pescado, en concreto varias cajas de lirios donados por la asociación de armadores de Marín. "Tenemos un acuerdo con ellos y nos van haciendo donaciones periódicas, pero además también recibimos el pescado que es decomisado por la Guardia Costera a furtivos o porque no da la talla", cuenta.

undefinedTambién reciben carne y fruta que se distribuye en el día a las asociaciones colaboradoras. Y es que el Banco de Alimentos no entrega sus productos directamente a las personas que los necesitan, sino que otras ONG funcionan como intermediarias y son las que tienen el trato directo con los usuarios. A la nave del banco acuden todas estas organizaciones con sus furgonetas para recoger los pedidos a diario. "Pueden pasar en una mañana entre diez y 16 furgonetas y coches", explica Doval, que tiene una jornada agitada porque tres de los voluntarios habituales están vacunándose.

En una mañana pasan entre diez y 16 furgonetas para recoger las donaciones en un año en el que la demanda creció un 30%

"Aquí somos entre ocho y nueve personas al día, la mayoría jubiladas, otras en paro, y tenemos también ayuda de dos chavales del Centro de Reeducación especial Avelino Montero", cuenta. La ayuda hace más falta que nunca porque la demanda de alimentos ha crecido un 30% desde la irrupción de la pandemia, un problema que se agudizó con el retraso del pago de los Erte pero que ha encontrado respuesta social con el incremento de las donaciones, tal y como explica Doval. "La gente está concienciada", apunta.

Gon Banco de Alimentos, Reportaxe sobre o día a día no banco de alimentos. Con Sara., viernes, 7 may · 12:00–13:00

¿Y cómo donar? Más allá de las campañas de recogida periódicas que se organizan en los supermercados, la entidad recibe en su nave de Faustino Santalices las aportaciones de particulares y empresas. Además, cuenta con una furgoneta para ir a recoger las donaciones más voluminosas.

La organización busca una nueva nave con un precio accesible 
La situación de la nave en la que actualmente se ubica el almacén del Banco de Alimentos complica la logística a la hora de recibir el tráfico de furgonetas diario. "Esta es una calle muy estrecha y nos resulta incómodo, se nos queda pequeño, lo que pasa es que no encontramos alternativas que podamos asumir por el precio tan caro del alquiler", cuenta el presidente de la ONG en Pontevedra. 

El Banco de Alimentos se interesó por una nave de Marcón que cumplía con los requisitos que exige el reparto y almacenamiento de comida, pero finalmente no se llegó a un acuerdo porque suponía un desembolso mensual de 1.800 euros en concepto de alquiler. "Hay que darse cuenta que somos una asociación que no genera ingresos, los 700 euros de alquiler de la nave actual los sacamos de donaciones", cuenta Doval, que pide colaboración a administraciones y empresas que puedan dar una aportación o prestar un lugar.

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