Benito Gama y Maruja Serafín: socialismo hasta en el ADN

Son los veteranos de la candidatura del PSOE en Pontevedra y llevan militando desde la juventud en un partido que les viene de familia

Maruja Serafín y Benito Gama, en un coche del PSOE. J.L. OUBIÑA
photo_camera Maruja Serafín y Benito Gama, en un coche del PSOE. J. L. OUBIÑA

Benito Gama y Maruja Serafín salieron a sus madres. «Meu pai non falaba nada de política, pero miña nai si, ela era socialista, antifranquista ata a médula», cuenta Maruja Serafín (A Estrada, 1936). Ella es la más veterana de la lista socialista al Concello, junto a Benito Gama (Pontevedra,1940). También él mamó el socialismo por la vía materna. «A socialista era miña nai, meu pai era comunista», cuenta.

A Benito las ideas le vienen de familia, casi se podría decir que están definidas en su ADN. Descendiente de los Gama, que sufrieron brutalmente la represión franquista, a su tía Custodia los falangistas le raparon el pelo y la obligaron a beber aceite de ricino y a barrer las calles de Pontevedra. Otro de sus tíos fue fusilado y casi todos los demás estuvieron en la cárcel. «Eu entrei no PSOE a través do sindicato UGT, antes estiven noutros partidos de esquerdas como o Frente por la Unidad de los Trabajadores e despois do golpe de Estado de Tejero entrei no PSOE», cuenta Gama.

Maruja Serafín llevaba ya unos años afiliada al partido entonces. «E aquí sigo, non polas persoas, que me decepcionaron moito, senón polo partido, polas ideas», cuenta Serafín, sin pelos en la lengua, que asegura que el Felipe González de los últimos años no le convence. «Eu cando Pedro Sánchez viu en coche a recorrer Galicia fun a todos os actos», revela.

«Cando vamos maiores non nos hai que facer moito caso», dice Gama refiriéndose a González. Él siempre ha pertenecido al ala más izquierdista del partido, por eso se posiciona también al lado de Pedro Sánchez, aunque se define como una persona «crítica e autocrítica», cuenta el que fue concejal en Pontevedra entre los años 1983 y 1987 y secretario general en la ciudad entre 199 y el 2004.

La que tampoco tiene problemas por decir lo que piensa es Maruja Serafín, que reconoce haberle puesto las pilas a Touriño durante un mitin en Pontevedra por «falar todo o tempo de Vigo» y que todavía recuerda los tiempos de Tere Casal, ahora número dos de la lista de Marea, con nostalgia. «É moi boa política, aínda me chamou o outro día para pedirme o voto», cuenta Serafín, que dice que ella se mantiene fiel siempre a su partido. «Na nosa familia somos así, meu home, que estivo moi enfermo antes de falecer, pediu unha ambulancia para que o baixaran do hospital ao colexio para votar», explica la veterana.

En cuanto a los resultados de las elecciones del domingo en Pontevedra, son optimistas. «Imos mellorar», cuentan, animados. «A min gustaríame ir repartir algún día nesta campaña, pero agora estou indo menos; ademais eu non meto o sobre no buzón, eu chamo ao timbre e falo coas persoas», explica Maruja, que recuerda el miedo de la gente en los primeros años de democracia. «Recordo unha vez na feira de Estribela repartindo a xente que non quería collernos a propaganda, e se a collía escondíaa no peto correndo», cuenta. «Ao principio moitas persoas escapaban cando nos vían aparecer pola rúa porque non querían que os relacionasen cos socialistas», añade también Gama.

Afortunadamente, los tiempos han cambiado y tanto Maruja como Benito se muestran felices por la «primavera socialista» que se vive en la política española. Del mismo modo, reivindican las aportaciones que el PSOE hizo a la ciudad durante los años en los que gobernó junto a Lores y hablan de la necesidad de nuevos servicios. «A forza de Lores nas urnas é innegable, pero nós temos moito que achegar a Pontevedra», cuenta Gama. Y Maruja pone varios ejemplos. «O meu barrio, Campolongo, está abandonado e, ademais, se queremos ir ao Mercado non hai un autobús que nos baixe», enumera Maruja antes de despedirse y desear lo mejor para el domingo. «Eu son partidario de darlle sempre paso á xunventude, teñen que facelo eles», cuenta Gama. «Nós estamos aquí para darlles un empurrón», termina Serafín.

Comentarios