Bicos se despide de Pontevedra tras 30 años de desayunos y tertulias

José Garrido, propietario de la cafetería, cierra su antiguo local, pero seguirá al frente de Bicos Plaza

José Garrido, propietario, durante el desalojo de la cafetería Bicos el día de su cierre. RAFA FARIÑA
photo_camera José Garrido, propietario, durante el desalojo de la cafetería Bicos el día de su cierre. RAFA FARIÑA

No todos los días cierra sus puertas una cafetería con 30 años de historia en la ciudad. El sábado fue el turno de Bicos, uno de los locales más icónicos del paisaje pontevedrés. José Garrido, su propietario, echa la vista atrás para recordar y, sobre todo, para dar las gracias a sus clientes por tantas décadas de cruasanes y de conversaciones en la barra del bar. Pero el suyo no es un "bico" de despedida, el café seguirá abierto unos metros más allá de su antigua ubicación, bajo el nombre de Bicos Plaza. En el centro de la Praza dos Músicos, las cafeteras del emblemático lugar seguirán silbando.

Toda una vida de desayunos después, Garrido echa el cierre a raíz de un contrato de renovación complicado. "Por un lado me siento alegre, han sido 30 años de trabajo y de crecimiento en los que he conocido a mucha gente buena, pero por otro emocionado; coges cariño a las cosas, nosotros tenemos ese defecto", reconoció el dueño.

Las cosas han cambiado mucho con el paso del tiempo, "esta calle antes era de doble sentido. Las aceras eran estrechísimas, la peatonalización valió la pena", explicó.

"Por aquí han pasado dos o tres generaciones; yo tengo (como clientes) a abuelos, padres e hijos. Estoy muy agradecido a todos ellos"

Entre las muchas anécdotas recopiladas, el encargado recuerda con especial simpatía el paso de varios políticos por el establecimiento. En la lista destacan los nombres de Mariano Rajoy, el presidente de la Xunta, diputados y alcaldes. Aún así, el premio gordo se lo llevan sus clientes de toda la vida, "sin ellos no hubiese sido posible", asegura. "Por aquí han pasado dos o tres generaciones, yo tengo abuelos, padres e hijos, estoy muy agradecido", expresa.

Lo cierto es que José Garrido, tras 40 años en el mundo de la hostelería, lo tiene claro: el secreto de la longevidad de su negocio fue un cóctel de calidad y servicio. "Las personas devuelven el trato que se les da y si esto lo combinas con un producto de calidad, el local funciona", apuntó.

El empresario pretende trasladar este leitmotiv a su nuevo proyecto, en el que además de la bollería que hizo de Bicos un café de referencia, se producirá una ampliación de la carta. "Seguimos con la máxima de que lo que funciona, no lo toques", bromeó.

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