El nuevo concurso público para legalizar el parking subterráneo de la calle Antón Fraguas sale del cajón. El bipartito aprobó ayer, a través de la Xunta de Goberno local, los pliegos del nuevo contrato, que se han modificado para evitar que la explotación de la instalación vuelva a quedar desierta, como ocurrió en 2017.
Uno de los cambios tiene que ver con la separación física entre las plazas del estacionamiento municipal y las destinadas al uso residencial. El objetivo es apostar por un sistema informático que permita gestionar los dos tipos de aparcamientos sin necesidad de levantar una pared y, por tanto, de que el parking tenga menos espacio para los coches.
Otra de las novedades del pliego afecta a los baños. No será necesario la construcción de nuevos aseos, ya que el Concello permitirá que se utilicen los ya existente a través de una cesión.
El tercer cambio afecta al canon que la empresa que se quede con la gestión del parking tendrá que pagar a las arcas locales. Se reducirá en 45.000 euros, por lo que la cuota anual será de 24.000 euros (IVA no incluido).
INDEMNIZACIÓN. La instalación de Antón Fraguas se abrió en octubre de 2010 con 425 plazas. Dos sentencias judiciales pusieron en cuestión su legalidad, obligando al Concello a regularizar la situación urbanística del parking y a convocar un nuevo concurso público para adjudicar un servicio que en su día se dio a dedo a la Véteris, que sigue siendo la empresa que gestiona el aparcamiento. El servicio lleva nueve años en situación irregular.
En caso de que quede desierto, la Administración local deberá pagar una indemnización de 3.263.377 euros a la citada compañía como pago por las obras de construcción del parking. El posible pago de esta compensación llevó a Pontevedra a consignar una partida de 466.196,82 euros en el Presupuesto de 2018 como primero de los siete pagos anuales a la compañía.
