El BNG reina en el centro y araña la mitad del rural

Feudos tradicionalmente populares han sucumbido a la promesa de Fernández Lores de ampliar el modelo de ciudad a las parroquias ▶Por cada urna en la que ganó el PP, el Bloque lo hizo en cuatro

Recuento, el pasado domingo, en un colegio electoral de la ciudad. RAFA FARIÑA
photo_camera Recuento, el pasado domingo, en un colegio electoral de la ciudad. RAFA FARIÑA

Había caras largas en la sede del BNG el domingo, tras el duro revés que supuso no conseguir una mayoría absoluta que se acariciaba con los dedos ‘por culpa’ de los cantos de sirena de las encuestas. Sin embargo, con las cifras en la mano, el panorama es profundamente positivo para los nacionalistas, pese a perder un concejal.

El modelo de ciudad del que han hecho bandera durante los últimos 20 años le ha reportado una hegemonía absoluta en el centro, pues ha sido la fuerza más votada en 62 de las 66 mesas instaladas en el casco urbano (el 93%); el PP sólo ganó en tres y en una del IES Valle Inclán ambos empataron. El PSOE, pese al notable crecimiento registrado en el número de apoyos con respecto a 2015, no consiguió imponerse en ninguna de las 106 urnas repartidas a lo largo de todo el municipio.

La mayoría urbanita y tradicionalmente conservadora ha ido escorando sus preferencias hacia las propuestas del BNG

Estos datos arrojan una conclusión fundamental: que la mayoría urbanita, tradicionalmente conservadora, se ha escorado hacia una propuesta, la del Bloque, que poco a poco ha ido conquistando sus preferencias. Durante esta campaña, la oposición echó mano de argumentos como ser la ciudad gallega con peores cifras de paro, la crisis que vive el comercio tradicional o la ausencia de transporte público. Pero nada de eso intimidó a un electorado que cada cuatro años refrenda su fidelidad a Miguel Anxo Fernández Lores.

EL RURAL. Cuestión aparte es el rural, un feudo tradicionalmente monopolizado por la derecha (salvo contadas excepciones) que cada vez empieza a estar más repartido. De hecho, un análisis pormenorizado de las 40 mesas ubicadas en las parroquias refleja que las fuerzas están muy igualadas: en 21 ganó el Bloque y en 19 lo hizo el Partido Popular.

Zonas que hasta ahora habían sido afines a los ‘populares’, como Os Praceres, ahora tienen el voto dividido, consecuencia, en gran medida, del rechazo vecinal a la ampliación de la depuradora. Donde también hay equilibrio es en Monte Porreiro y en Lérez, mientras que los nacionalistas recuperan un bastión tan estratégico como simbólico: Marcón, casa del alcalde, y que en anteriores comicios se había teñido de color azul.

En A Canicouva también es evidente la abrumadora mayoría del Bloque, un arrase que muchos interpretan como un gesto de agradecimiento a la jugosa inyección de euros por los terrenos donde estaba previsto construir la planta de compostaje.

El PP, por su parte, conserva el dominio en escenarios como Estribela, Campañó, Verducido, Alba y A Devesa.

En términos globales, el Bloque fue la fuerza más votada en 84 mesas electorales, mientras que el PP se llevó este triunfo moral en 21. En las otras dos hubo empate.

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