La jornada del 7 de junio siempre había sido de fiesta en la base General Morillo. Así fue hasta este domingo, cuando, por los supuestos riesgos a causa de la covid-19, las autoridades militares decidieron suspender los tradicionales actos con motivo del aniversario de la Brilat, de tal modo que el 54º aniversario de la brigada pontevedresa pasó con más pena que gloria.
Los soldados, sin embargo, no han detenido su actividad durante la pandemia que ha afectado a distintos territorios. Al contrario. Ha sacado adelante con notable éxito la operación Balmis (en la que, en menor medida, continúa inmersa) al tiempo que ha conseguido avanzar en la preparación de las unidades que formarán parte de la VJTF-21, la fuerza de reacción rápida de la Otan que dirigirá Turquía y en la que se integrarán un importante número de soldados del acuartelamiento pontevedrés.
En la base de Figueirido no hubo desfile ni autoridades, ni tampoco el vino español que comparten mandos y tropa al finalizar el acto. Sin embargo, el día a día en la Brigada Galicia VII, una de las unidades más jóvenes de las Fuerzas Armadas españolas (aunque descendiente de los históricos Tercios de Flandes), se acerca cada vez más a una situación normal.
Los movimientos de soldados y de vehículos hacia el centro de adiestramiento de Parga (Lugo) han sido habituales hasta esta última semana, y continuarán, en una u otra ubicación, en aras de lograr la mejor preparación posible para conformar la punta de lanza de la Alianza Atlántica, un cometido que ya conocen bien.
La Brilat, eso sí, ha adaptado las tareas de instrucción y adiestramiento a las distancias físicas que exigen las autoridades sanitarias tras la pandemia.
Nueve casos leves
El virus ha pasado de puntillas por la Brilat, como acreditan los datos: solo nueve positivos de carácter leve entre 3.000.