La Brilat se entrena para proteger al Noroeste de España de un ataque aéreo

Los misiles Mistral de Pontevedra se ponen a prueba en el Eagle Eye que desarrolla el Ejército en A Barbanza ► 130 efectivos de la base de Figueirido operan allí esta semana
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photo_camera El equipo de artillería, manejando el misil Mistral, de la dotación de la Brilat en las maniobras. BRILAT

La Brilat se está preparando para responder a un ataque aéreo que, en un supuesto escenario bélico, pudiese afectar al Noroeste de España. Así lo ha podido acreditar este periódico de fuentes de toda solvencia, que señalan que uno de los grupos de Artillería de Campaña con sede en Pontevedra se ha desplegado en A Barbanza como parte esencial del ejercicio Eagle Eye.

En concreto, la Brigada 'Galicia VII' desarrolla maniobras relativas a vigilancia aérea y disuasión como respuestas a supuestas incursiones y movimientos de aeronaves no identificadas, una tarea que efectúa de forma combinada y coordinada con otro grupo de Artillería procedente del acuartelamiento de San Roque, en la provincia de Cádiz.

La Brilat ha puesto sobre el teatro de operaciones a 130 efectivos y ha dispuesto su armamento antiaéreo específico: los misiles Mistral. Se trata de un equipamiento antiaéreo con capacidad para lanzar misiles defensivos a 3.500 metros de altura con gran precisión, y que es complementario a los que aporta la unidad gaditana, que ascienden a una mayor altura.

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El misil antiaéreo del grupo de Cádiz en maniobras. DEFENSA

Junto a los artilleros, miembros del Regimiento de Infantería Isabel la Católica 29 forman parte de los ejercicios con el cometido de asegurar la protección de las instalaciones (tales como la citada batería para misiles Mistral), así como el resto de medios desplegados en el ejercicio y la escolta de los diferentes convoyes.

El Eagle Eye, que está siendo coordinado por el Mando Operativo Aeroespacial, concluirá este viernes. Además de las unidades del Ejército de Tierra citadas, participan la Armada y el Ejército del Aire.

Por parte de este último, sobrevolaron los cielos de la costa atlántica los F-18 que, llegado el caso, contribuirían a la defensa del Noroeste formando un dispositivo de policía y defensa aérea para interceptar, identificar y, en caso necesario, intervenir las trazas que se le asignen.

Además, el Grupo Central de Mando y Control, desde la de Torrejón, realizó la vigilancia del espacio aéreo con la información recibida por parte de los Escuadrones de Vigilancia Aérea (EVA), donde están los radares gracias a los cuales se compilan las trazas de las aeronaves en vuelo en tiempo real.

Además, el Centro de Operaciones Aéreas coordinó tácticamente todos los elementos de la activación.

La Armada, desde el mar, contribuyó con la fragata Almirante Juan de Borbón a las operaciones de defensa aérea nacional, aportando su capacidad de detección, identificación y defensa aérea que le proporcionan su radar y otros sistemas de vanguardia.

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