Un año más, y ya van cuatro consecutivos, una unidad de la Brilat gana el concurso de patrullas que cada año organiza entre Tui y Santiago. Una suerte de ruta jacobea pero en la que los peregrinos no llevan concha ni zapatillas sino petates de decenas de kilos y botas militares. Además, entre escala y escala deben superar una serie de pruebas en las que tienen que demostrar su fortaleza física, su pericia y su inteligencia. Una combinación de exigencias que convierten a esta competición en la más dura de cuantas organiza el Ejército.
Después de 120 kilómetros y 17 horas de ruta, el Batallón del Cuartel General conquistó la pasada madrugada la Praza do Obradoiro, repitiendo el triunfo de 2017. La última vez que el vencedor fue ajeno a la brigada pontevedresa ocurrió en 2016, cuando se impuso la representación del Tercio Norte de Infantería de Marina, con sede en Ferrol.
La edición de este año ha estado marcada por la covid-19 y sus restricciones. De ahí que los mandos militares optasen por no darle publicidad a las pruebas que el miércoles se desarrollaron en el Lérez y en puntos de la ciudad, con el fin de evitar las habituales aglomeraciones de público.
