Salo es un perrito yorkshire que entró hace unos meses en las instalaciones del CAAN de Pontevedra, dependiente de la Deputación tras ser hallado por una vecina de Muras, en Pazos, que le mantuvo en las mejores condiciones posibles hasta la llegada de los efectivos del centro de acogida provincial. Aunque lleva en las instalaciones desde septiembre y cada vez está mejor, la Deputación dio a conocer este fin de semana su caso para informar de que denunciará al dueño del animal ante Medio Ambiente, después de que este fuese identificado, a través del chip del can, recibiese la notificación y también se superase el periodo de exposición de la notificación en el tablón de anuncios de su concello, O Porriño. Pasados estos trámites, se considera que hay un caso de abandono animal, tanto por la falta de respuesta, como por el estado que presentaba el can al ser recogido: muy afectado por la sarna y con el pelo seco totalmente pegado por la falta de cuidados, lo que le había provocado una pioderma (infección bacteriana), hiperpigmentación y hiperqueratosis en la piel. La sanción por estos hechos podría acarrear una multa al autor de entre 500 y 5.000 euros.
Esta demanda es una las 27 presentadas a lo largo de este año por parte de CAAN por abandono y maltrato, de un total de 232 expedientes de localización de propietarios. Además, en la actualidad, 400 perros esperan en el centro a ser adoptados, entre ellos, el propio Salo.
Además, el CAAN informa de que los cuatro cachorros que arrojados a un colector en Vilanova de Arousa siguen evolucionando bien. Se trata de Ares, Ceo, Terra y Sabela que están siendo criados a base de biberones.
