Un cabo de la Brilat le parte una costilla a una soldado novata durante el 'bautismo'

Un tribunal militar ha condenado al autor de la lesión, que le causó en el marco de una ceremonia que incluye un puñetazo en el pecho
Sede del tribunal militar en A Coruña. GOOGLEMAPS
photo_camera Sede del tribunal militar en A Coruña. GOOGLEMAPS

El personal de nueva incorporación en la Brilat realizaba, al menos hasta el verano de 2018, la ceremonia del bautismo, consistente en que los recién llegados beban cerveza tumbados en una mesa utilizando su galleta (el distintivo de empleo) a modo de embudo. A continuación, el compañero más antiguo coloca el velcro sobre el uniforme y le da un golpe sobre él con el puño cerrado. Esta práctica, que será investigada en una pieza separada a partir de la sentencia que este martes desvela este periódico, acarreó graves consecuencias a una soldado novata, que sufrió la fractura de una costilla y, lo que es peor, se sintió "rechazada, intranquila y preocupada" después de los hechos.

El delito de abuso de autoridad en concurso con otro de lesiones quedó acreditado tras el juicio celebrado en el Tribunal Togado 41, con sede en A Coruña, tras el que se consideró acreditado que la víctima fue bautizada en junio de 2018, durante la celebración del aniversario de la Brilat. La ceremonia tuvo lugar en una de las carpas instaladas para la fiesta. En ella, la soldado fue golpeada inicialmente por otra mujer de su misma compañía. Sin embargo, el ahora condenado pensó que aquel bautismo no había sido suficiente y, sin la autorización de sus superiores, expuso que "se había hecho distinción entre hombres y mujeres en cuanto a la intensidad del puñetazo", indicando que todos debían ser golpeados por igual. Así, el cabo procedió a bautizar de nuevo. En este caso conminaba a los novatos a beber un chupito de licor antes del puñetazo, que impactaba de forma fuerte entre el esternón y la clavícula.

El cabo fue condenado a doce meses de prisión y al pago de una indemnización de 6.000 euros a la víctima 

La víctima, tras ser golpeada, "se tambaleó hacia atrás y expiró todo el aire de su pecho de forma involuntaria, sintiendo un fuerte dolor", detalla la sentencia, que añade que las molestias iban en aumento hasta que le fue diagnosticada una fractura en una costilla.

Posteriormente, cuando acudió a los servicios médicos de la Brilat, intentó ocultar el motivo de la lesión, pero ante la insistencia de un capitán en una segunda inspección acabó confesando que se produjo durante el bautismo. No recibió el alta médica hasta cuatro meses más tarde. Además, acabó "decepcionada e incomodada" por toda la situación posterior, sintiendo rechazo por parte de algunos de sus compañeros. Acabó desvinculándose de las Fuerzas Armadas.

El cabo fue condenado por los hechos a doce meses de prisión y al pago de una indemnización de 6.000 euros a la víctima como responsabilidad civil.