"¡Pues que venga la policía a sacarnos!"

"¡Pues que venga la Policía a sacarnos!". A las dos de la tarde de este miércoles la tensión era manifiesta en el lateral del Hospital Provincial de Pontevedra. Cientos de personas, que llevaban horas esperando, empezaban a asumir que se quedarían sin la PCR, pues el horario de este miércoles era solo de mañana, contradiciendo el expuesto en dos paneles, justo a la entrada del lateral donde se encuentran las casetas de toma de muestras, válido hasta este pasado martes.

Jóvenes, mayores, niños y hasta una chica con bebé de tres meses en brazos no acababan de creerse lo que los guardias de seguridad y los propios periodistas les decían. "Yo pedí el día en el trabajo para venir. Iban a hacerlas hasta el 8 de enero y de repente las sacan. ¡A contagiar a todo Pontevedra!", le espetaron a una celadora, que salía con una caja de muestras, sin comerlo ni beberlo. Eran las 14.21 horas y numerosas personas continuaban, incrédulas, esperando un refuerzo que no llegaba mientras dos guardias de seguridad trataban de apaciguar los ánimos.

Ellos sospechaban lo que iba a ocurrir cuando, sobre las siete de la mañana, empezaron a llegar las primeras personas para guardar cola hasta que a las diez se abrieran las casetas. "Conté las que había y al llegar a las 500 les avisé que a partir de ahí probablemente no les daría tiempo a entrar". Pero la gente siguió llegando y sumándose a una fila que dio la vuelta por las calles Antón Fraguas, Joaquín Costa y Cobián Areal hasta rodear toda la manzana del recinto hospitalario.

Nuria Pérez, una joven de Vilagarcía de 22 años, fue la última afortunada en someterse a la prueba. Eran ya las 14.10 horas, pues logró, in extremis, que le tomaran los datos al filo del cierre, diez minutos antes. Dice que acudió por "tranquilidad" antes de reunirse con su familia en Nochevieja y que vino a hacerse una PCR a Pontevedra porque la consideraba "más fiable" que el test de antígenos que se ofrece en su localidad de origen. Ella se había incorporado a la fila a las 9.30, un instante antes de una matrimonio mayor que, por los pelos, se quedó sin la prueba.

[ Cola de este miércoles para acceder al punto de realización de pruebas PCR. GONZALO GARCÍA ]

La PCR de Nuria fue la número 458 de la mañana "y con un equipo solo", puntualiza una de las dos enfermeras. Normalmente trabajan dos equipos y realizan del orden de 700 en cada turno e incluso 1.600 diarias.

Poco después de las 14.30 horas ya no quedaba prácticamente nadie, tras convencerse de que no habría otra oportunidad. Pero apenas media hora después empezaron a llegar más personas, confiadas en la veracidad del cartel que, todavía, seguía manteniendo el horario de mañana y tarde, y ajenos a la información mediática sobre el cambio de protocolo y el nuevo sistema. Muchas extrañadas por no ver a la habitual muchedumbre.