Cada cinco días una mujer es obligada a entregar a sus hijos a su maltratador

El régimen de visitas obligó a 78 víctimas de violencia machista de la provincia a facilitar el encuentro de los menores con sus progenitores en 2017 ▶ El Concello ampliará el programa de atención a más niños y niñas víctimas en 2019

La delegación de la Xunta en Pontevedra se unió al rechazo de la violencia machista con un cartel con el eslogan de cara al 25-N. DP
photo_camera La delegación de la Xunta en Pontevedra se unió al rechazo de la violencia machista con un cartel con el eslogan de cara al 25-N. DP

Pasar el fin de semana con los maltratadores de sus madres es habitual para numerosos niños en la provincia (y en todo el Estado). Así, en 2017 fueron 78 las mujeres que hicieron uso de los dos puntos de encuentro familiar de la provincia para realizar la entrega o recogida de los menores a sus maltratadores y cumplir con el régimen de visitas impuesto por un juez. Esto supone que cada cinco días, una mujer es obligada a dejar a sus hijos bajo el cuidado del hombre que la maltrata. Los datos están extraídos del Boletín Estadístico Anual 2017 que elabora el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad. A nivel gallego, fueron 221 las mujeres víctimas de violencia machista que hicieron uso de los puntos de encuentro familiar de la comunidad.

Las instalaciones de dichos puntos habilitados por la Xunta tienen como finalidad facilitar el encuentro de los menores con sus progenitores en casos de conflictos familiares, ya sea porque los padres tienen retirada la custodia o porque la relación entre los dos progenitores es conflictiva. En la lista de supuestos para utilizar estas instalaciones están también los casos de violencia machista. Las visitas pueden tener lugar en el propio centro bajo la supervisión de profesionales o el punto de encuentro puede ser simplemente el lugar de recogida y entrega de los menores cuando se dispongan a pasar unas horas con sus padres para evitar el encuentro entre los progenitores. La directora del Centro de Información á Muller (CIM) de Pontevedra, Rosa Campos, hacía referencia a esta situación en una entrevista con este medio en septiembre: "A diario somos testemuñas do medo que pasan as nais por ter que deixar os fillos co maltratador".

A nivel gallego, 221 mujeres víctimas de violencia de género hicieron uso de los puntos de encuentro de la Comunidad

A día de hoy, la ley permite a hombres con condenas por maltrato mantener las visitas a sus hijos. Este se ha convertido en uno de los asuntos más polémicos en lo que se refiere a violencia machista en los últimos años, tras haber sucedido casos de asesinato de padres a sus hijos, como el de un hombre de Castellón que acabó con la vida de sus hijas de dos y seis años durante una visita el pasado mes de septiembre.

Los menores forman parte de los daños colaterales de la violencia, pero el foco todavía no se ha puesto sobre ellos. Los hijos de las víctimas son también damnificados en una lacra que en lo que va de año suma ya 44 mujeres asesinadas que han dejado 35 menores huérfanos. Además, en lo que va de 2018 tres menores fueron asesinados a manos de sus padres. El número de menores asesinados por sus progenitores en el contexto de una situación de violencia machista asciende hasta 27 si se tienen en cuenta los crímenes cometidos desde 2013 hasta la actualidad, según datos del Ministerio.

En lo que va de 2018 han sido asesinadas 44 mujeres que dejaron 35 menores huérfanos en el territorio español

Sin embargo, los asesinatos son la punta del iceberg de un amplio abanico de modalidades de violencia que sufren los hijos de mujeres maltratadas. Además del posible riesgo para la integridad de los menores, existen daños psicológicos derivados del contacto con el maltratador. Para combatirlos, el CIM de Pontevedra cuenta con un programa de atención psicológica a menores en el que en el último año participaron diez familias en las que en algún caso había más de un hermano.

CONCELLO. El Concello de Pontevedra prevé ampliar este programa de intervención en 2019. El objetivo es llegar a más niños y niñas y ofrecer servicios más allá de la atención psicológica. "Non se adoita falar dos dereitos dos menores, senón do dereito do proxenitor a ver aos fillos, cando ser pai non é un feito biolóxico, senón que debería implicar tamén unha serie de obrigas e compromisos", explica Rosa Campos. Y es que vivir situaciones de violencia en la infancia deja también secuelas en los menores, que necesitan tratamiento para superar el miedo y para no reproducir roles de violencia o sumisión en sus futuras relaciones.

El Concello de Pontevedra atendió el año pasado a menores de diez familias en las que se produjo violencia machista

A pesar de que las administraciones comienzan a tomar conciencia de la importancia de proteger a los hijos de las mujeres víctimas de violencia de género, todavía es difícil acceder a los datos de cuántos menores están en esta situación en la actualidad. Así, existe un registro del número de casos activos de violencia de género por provincia en el que se especifica el número de mujeres cuyos casos se encuentran en seguimiento. Sin embargo, dicho recuento no refleja cuántos hijos tienen las 1.041 víctimas de esta lacra cuyos casos permanecen activos en la provincia de Pontevedra, de los cuales tres tienen un nivel de riesgo alto.

Sí existen datos de medidas concretas adoptadas en situaciones de violencia. De este modo, a lo largo del año pasado, 35 menores fueron cambiados de centro educativo debido a los niveles de riesgo para su integridad. Esta es una medida que se adopta en los casos en los que la víctima tiene que huir de la población en la que vive porque su vida corre riesgo. En este sentido, la Administración contempla un cambio inmediato de escolarización de los pequeños.

XUNTA. La delegación de la Xunta de Galicia en Pontevedra se unió ayer al rechazo de la violencia machista con un cartel en el que se recoge el eslogan creado este año por la Administración autonómica de cara al 25 de noviembre con el mensaje: "Fronte á violencia de xénero só cabe unha resposta. Sen ningún xénero de dúbida. NON".

En la imagen que encabeza esta noticia, el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, acompañado de la secretaria territorial, Ana Ortiz, y la jefa territorial de Presidencia, Marta Mariño.

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