Dos de cada diez nuevos habitantes de Pontevedra son extranjeros

Más del 90% de las que 2.442 personas que se dieron de baja en el padrón municipal lo hicieron para irse a otros puntos de España

Gente paseando por la calle Michelena en Pontevedra. RAFA FARIÑA
photo_camera Gente paseando por la calle Michelena en Pontevedra. RAFA FARIÑA

Después de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmase que la población española crece de la mano de la inmigración, el organismo indagó en cómo se movió el padrón del país el año pasado. Es decir, a dónde se mudan los que se mudan. Y no solo los ciudadanos que llegan al país, sino cualquiera que opte por trasladar su domicilio.

La Estadística de Variaciones Residenciales 2017 concluye que Pontevedra aumentó en 365 el número de habitantes, al empadronarse 2.807 personas frente a las 2.442 que optaron por abandonar la ciudad. Pese a que, de las siete grandes urbes gallegas, es la que más bajas registra, se encuentra entre las cuatro que crecen en número de habitantes. En total, tan solo son 50 residentes más que en 2016.

Entre los nuevos habitantes, la tendencia general es que también sea una mudanza desde el propio país, pero dos de cada diez llegan del extranjero. De hecho, en 2017 144 españoles que se encontraban en otros países regresaron a la ciudad, lo que confirma el paulatino retorno de quienes se habían ido motivados por la falta de trabajo debido a la crisis. Entre los países de procedencia de las nuevas altas en el padrón municipal destacan 50 ciudadanos nacidos en el continente asiático, 105 en África y dos en Oceanía. 

Por otra parte, en el caso de las personas que se dieron de baja en el padrón en 2017, el 93,3% lo hicieron para mover su residencia a otros lugares de España, incluso dentro de la propia comunidad autónoma, y el 36,3% tienen entre 16 y 34 años. De las 164 personas que cambiaron su lugar de residencia por otro país, 42 se quedaron dentro de la Unión Europea y 60 se fueron a países americanos.

La provincia. Sin embargo, esta situación contrasta con la de la provincia, que se convierte en la única de las cuatro gallegas que no presenta saldo positivo en cuanto a variación residencial. Esto viene producido, sobre todo, por la influencia de Vigo, donde hubo 9.473 bajas y 7.896 altas, lo que se traduce en 1.577 habitantes menos en su padrón.

En otros ayuntamientos de la comarca, el saldo vegetativo es positivo en casi todos los casos, excepto en lugares como Marín, que ha perdido 102 habitantes; Cerdedo-Cotobade, con 68 menos; Campo Lameiro, que perdió 45, o Ponte Caldelas, donde viven 22 personas menos que en 2016. Destaca el caso de Poio, que cuenta con 159 habitantes más, o el de Lalín, con 153. Sanxenxo y A Lama, por otro lado, son las localidades pontevedresas que se mantienen más estables de todas, pues en el primer caso tan solo ha aumentado en dos el número de habitantes y en el segundo ha descendido en cinco.