Veintiséis personas duermen a diario en los albergues de Pontevedra

Cáritas, Calor y Café y el comedor de San Francisco son los tres pilares con los que las personas con más carencias materiales cubren sus necesidades más básicas
Una voluntaria del comedor de San Francisco
photo_camera Una voluntaria del comedor de San Francisco

Cada noche duermen 26 personas en los albergues de la ciudad. Las instalaciones de Cáritas, en Monte Porreiro, y las de Calor y Café, en la calle Casimiro Gómez, suman anualmente en torno a 9.770 pernoctaciones a personas que no tienen hogar. Ambos albergues ofrecen en total 32 camas a las personas sin techo cada noche.

Comedores sociales, camas en un albergue, entregas de alimentos, acceso a duchas y agua caliente o ropa son algunos de los servicios que las entidades solidarias de Pontevedra ofrecen a los que padecen la pobreza más severa. La carencia viene acompañada de la enfermedad, el desempleo o las adicciones. Por eso, más allá de cubrir las necesidades básicas para sobrevivir, las entidades también aportan atención psicológica y formación para buscar empleo para los más desfavorecidos, que en la ciudad se cuentan en miles. Según datos del Instituto Galego de Estatística de 2014, solo en el concello de Pontevedra hay 10.919 personas en riesgo de pobreza cuyos ingresos no superan el 60% de la media. Este grupo representa el 13,53% de la población de la ciudad.

Junto a los albergues de San Javier y Calor y Café, el comedor de San Francisco es uno de los principales pilares que sustentan el día a día de los pontevedreses sumidos en la pobreza más severa. La institución, que lleva en pie 28 años, da de comer cada día a unas 120 personas en dos turnos. El número de usuarios ha aumentado desde 2008. Antes, solían acudir al lugar unas 80 personas cada mediodía, según indican fuentes de la institución. Así, el centro reparte comidas y meriendas todos los días, excepto los domingos.

En la Boa Vila hay 10.919 personas en riesgo de pobreza, el 13% de la población, según el Ige



Durante el invierno, la ocupación de los albergues se dispara, aunque Conchita Rodríguez, voluntaria de la sociedad San Vicente de Paúl —que gestiona las instalaciones de Calor y Café— no cree que sea necesario poner a disposición de las personas sin hogar más camas. "No suele quedarse gente fuera y en épocas de mucho frío el ayuntamiento habilita otros lugares para que nadie tenga que pasar la noche en la calle", explica.

Además de contar con doce camas, Calor y Café da cenas y desayunos y permite a las personas sin techo acceder a duchas y agua caliente. Por otra parte, el albergue San Javier, situado en Monte Porreiro, ofrece 20 plazas para pasar la noche a hombres sin hogar (la entrada está prohibida a las mujeres). "No tenemos el espacio suficiente para habilitar baños y camas para mujeres, por eso preferimos no prestar el servicio", cuenta María Jesús Prieto, directora de Cáritas Interparroquial, que añade que en alguna ocasión ayudamos a mujeres sin hogar proporcionándoles una habitación en alguna pensión. El albergue San Javier también sirve cenas y desayunos y tiene servicios de ducha. Pero la actividad de Cáritas va más allá del albergue de Monte Porreiro. La entidad reparte alimentos y ropa, paga facturas y da cursos formativos.

Cruz Vermella ha atendido a 7.733 pontevedreses en situación de pobreza en 2016



CRUZ VERMELLA. Otra asociación que destaca por su apoyo a personas en situación de pobreza en Pontevedra es Cruz Vermella, que ha reforzado los programas habituales de lucha contra la pobreza y el desempleo en los últimos años y solo en 2016 ha atendido a 7.733 pontevedreses. De este modo, la asociación ha distribuido alimentos a 5.757 hombres y mujeres en lo que va de año, lo que supone una cantidad de alimentos que supera las 130 toneladas. Además, 1.076 personas de la comarca recibieron lotes de higiene personal.

Por otra parte, la ONG repartió 451 kits de material escolar para niños de familias desfavorecidas. Según datos de Cruz Vermella, otras 275 personas recibieron cursos de formación y 174 menores de familias en riesgo de exclusión apoyo educativo, meriendas y material escolar.

Tras la comida y la ropa, una de las principales demandas de los usuarios es cubrir gastos de farmacia



El perfil de los demandantes de ayuda responde a familias cuyos miembros se han quedado sin trabajo a consecuencia de la crisis, mujeres solas con cargas familiares, personas desahuciadas, ‘sin techo’ o mayores con rentas bajas. Tras la comida y la ropa, una de las principales demandas de los usuarios es cubrir gastos de farmacia. Las ayudas a estas personas pueden llevarse a cabo gracias a los 8.141 socios y los 474 voluntacios con los que cuenta Cruz Vermella en la comarca.

El Banco de Alimentos es otra de las entidades de la ciudad que reparte comida entre los más necesitados. Lo hace de forma indirecta, ya que nutre a asociaciones como Cáritas, Rexurdir o el comedor de San Francisco de alimentos para que, a su vez, pasen a manos de las personas más necesitadas. En la última recogida solidaria celebrada en supermercados de la provincia, el Banco de Alimentos recaudó más de 300.000 kilos de productos no perecederos que, según los cálculos de la institución, llegará a 25.000 personas de la provincia a lo largo de esta Navidad.

Rexurdir, que surgió como una asociación de ayuda a drogodependientes, también presta atención a gente pobre sin adicciones. Boa Vida es otra asociación que lucha contra la pobreza desde la formación para que quienes la padecen puedan salir de ella.

El Concello coordina la actividad de las principales organizaciones solidarias de la ciudad a través de la conocida como Rede Axuda, Se trata de una iniciativa para conocer las necesidades de cada organización y ponerlo en conocimiento de los pontevedreses. Instituciones como el comedor de San Francisco, Cáritas o la asociación Rexurdir forman parte de la red.

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