"Cada vez se lía más tabaco"

► Las ventas de tabaco de liar subieron un 15% en los últimos tres años, aupadas por un precio más económico que el de los pitillos ► Aun así, cada día se fuman en Pontevedra más de 100.000 cajetillas y el sector factura en la provincia 211 millones de euros
Una de las trabajadoras del estanco Juan Bautista Andrade. DAVID FREIRE
photo_camera Una de las trabajadoras del estanco Juan Bautista Andrade. DAVID FREIRE

El mercado tabacalero ya no es lo que era. La cajetilla sigue siendo dueña y señora del negocio, pero cada vez son más los que prefieren liar la picadura con sus propios dedos y no pocos se han decantan por pseudo-fumar, vapeando sin nicotina. La creciente necesidad de mimar el bolsillo y el culto a la salud comandan los cambios. 

211 millones de facturación, un dato agridulce para el sector

Los números oficiales del Ministerio de Hacienda dejan ver que los estancos de la provincia pontevedresa ingresaron el año pasado 211 millones de euros por la venta de tabaco. El dato mejora sensiblemente las cifras de los primeros dos años de pandemia, en los que se facturaron una media de cinco millones menos. Sin embargo, para el sector es una marca agridulce, ya que en realidad el montante se queda por debajo de la marca precovid y de los 214 millones que se contabilizaron, por ejemplo, en 2019. 

Cajetillas: 7,2 millones de euros menos que antes del covid

De entre todos las modalidades de tabaco, las ventas de cajetillas de 20 pitillos y más unidades son las que presentan los peores datos respecto a lo que sucedía hace tres años. 

Las subidas de precio aprobadas en este tiempo ayudaron a amortiguar el golpe pero, aún así, el año pasado se despacharon en Pontevedra 2,3 millones de cajetillas menos que en 2019  (-5,7%) y se facturaron 7,2 millones  de euros menos (-3,9%).

El desplome de los pitillos es radicalmente opuesto al ascenso de las ventas del tabaco de liar. Según la misma base estadística, los estancos de la provincia expendieron el año pasado 126.442 kilos de picadura rubia y negra (un 15% más que en 2019) y facturaron por este concepto 22,4 millones de euros, un 19% más.

En el caso de los cigarros puros,  la comercialización va remontando poco a poco el parón de la covid pero, con todo, el año pasado se vendieron en la provincia 9.159.251 unidades valoradas en 42,8 millones de euros, seis millones menos de los que se contabilizaron en 2019. ¿Y qué sucede con el tabaco de pipa? Pues un fenómeno particular ya que, a pesar de ser el nicho minoritario, las ventas subieron un 50% en el último trienio, llegando el año pasado a los 15.448 kilos, y la facturación se elevó un 93%, alcanzando los 2,9 millones. 

Con independencia de unas y otras cifras, el formato de cajetilla continúa gobernando el mercado. Tanto es así, que de esos 211 millones que ingresó el sector en Pontevedra el año pasado, el 84% (177) se corresponde con las ventas de pitillos, y en total se despacharon 38.349.777 cajetillas, a un promedio de 105.067 diarias. 

La responsable del estanco situado en el número de 67 de Juan Bautista Andrade coinciden "totalmente" con el diagnóstico que arrojan las cifras de Hacienda y, sobre todo, con el repunte del tabaco de liar. "Cada vez se lía más, porque el poder adquisitivo marca la venta de tabaco y en el de liar hay posibilidad de comprar formatos más baratos. Incluso hay la opción de comprar diez gramos por un euro y cunde bastante más que la cajetilla", afirma la estanquera.

Según añade, el encarecimiento de las cajetillas que tuvo lugar en los últimos seis años, con subidas instantáneas de 20 y 30 céntimos, empujó a muchos clientes de pitillos a cambiarse al tabaco de liar. Y más recientemente, con la crisis covid y la inflación, el trasiego a la picadura volvió a coger impulso.

"Un sobre te puede durar hasta tres veces más que una cajetilla"

En el estanco de García Camba coinciden con lo dicho. Según traslada uno de sus trabajadores, "la última variación potente de precios hizo que se pasara mucha gente al tabaco de liar" y, como consecuencia, "las ventas de cajetillas descendieron".

El estanquero puntualiza que ahora mismo muchos de los que empiezan a fumar se decantan directamente por el tabaco de liar, "porque es de mayor calidad, hay más variedad y puede escoger hasta el papel". Y, según añade, hay mucho ejemplos de población mayor que se han cambiado a los sobres de picadura, solo que a la variante de entubar, "porque muchos no saben liar y esto les resulta más fácil". "Siempre ha habido personas que fuman tabaco de liar, pero ahora la proporción es más grande. De hecho, se venden más cajetillas, pero si comparamos los gramos de tabaco que hay entre uno y otro formato, probablemente no hay tanta diferencia. Un sobre de liar te puede durar hasta tres veces más que una cajetilla".

"La carestía hace que el mercado se vaya un poco al contrabando"

En el estanco de Rosalía de Castro, en cambio, discrepan sobre los modos y causas de los cambios producidos en el mercado tabacalero. En palabras de uno de sus trabajadores, uno de los grandes problemas que amenaza ahora mismo el negocio es el "tabaco de contrabando", una práctica que suele despuntar en momemtos de crisis y que, según este trabajador, ha vuelto a colear tras la última recesión. "Hay descenso en las ventas de cajetillas, pero no creo que se deba todo al tacabo de liar, sino por la carestía, que hace que el mercado se vaya un poco al contrabando (...). En las publicaciones especializadas ya se está hablando de esto y nosotros somos una provincia atlántica, el padre de la ‘criatura’, en la que esas mañas no se pierden".

La última subida de precios del tabaco salió publicada el pasado 20 de febrero en el Boletín Oficial del Estado (BOE), aunque no fue la única actualización reciente. A finales de diciembre se incrementó el coste de varias marcas y a principios de febrero se aprobó un nuevo aumento que afectó a las firmas más consumidas en España, como es el caso de Chesterfield, L&M o Marlboro a Ducados, Fortuna o Philip Morris.

5,45 euros es el coste de la cajetilla de 20 pitillos más cara que está ahora mismo disponible en el mercado, mientras que la más barata asciende a cuatro. Las picaduras de liar parten de los 3,20 euros por diez gramos y la mayoría se quedan por debajo de los seis.

"Se fuma mucho menos que hace unos años"

La mayoría de los estanqueros tienen la percepción de que "se fuma mucho menos que hace unos años", cuando no había tanta consciencia sobre los efectos nocivos del tabaco. Entre ellos, se encuentra una de las responsables del estanco Estancoco, quien también advierte de que en su caso, el grueso de los clientes están "por encima de los 40 años" y que "compran más las mujeres que los hombres".

La profesional indica, además, que "cada vez hay menos jóvenes que compran tabaco" y que buena parte de los que acceden al establecimiento lo hacen "buscando vapeo sin nicotina".
 

Comentarios