Una decena de detenidos en una localidad de Toledo y la incautación de más de 350 kilos de cogollos de marihuana y 40 kilos de heroína es el saldo provisional de la operación Rookie, que sirvió para desmantelar una activa organización de narcotraficantes de origen rumano y con "fuerte asentamiento", según las autoridades, en varias provincias españolas, entre ellas las de A Coruña y Pontevedra.
La Policía Nacional, que dirigió las pesquisas en España y que operó de forma conjunta con las autoridades rumanas y con la National Crime Agency británica, señala que el grupo estaba "especializado en adquirir y transportar cocaína, heroína, cannabis y otras sustancias estupefacientes para su distribución y venta en Rumanía, Francia, Alemania y España". La cabeza del mismo estaba en Bucarest, Constanza y Arad, pero los investigados establecieron varias cabezas de puente en España para hacer negocios. De hecho, se sospecha que para la adquisición de los derivados del cannabis acudían a Huelva y Almería, mientras que para hacerse con cocaína viajaban "con mucha frecuencia" a Galicia.
Fueron los servicios de Inteligencia de la NCA quienes pusieron a la Policía tras la pista de los ahora detenidos, indicando que ya a finales de 2019 tenían una importante actividad en España. En aquel momento habían centrado las pesquisas en Toledo. Al mismo tiempo, autoridades rumanas detectaron que uno de los líderes de la organización pretendía vender 50 kilos de heroína en Bucarest. El sospechoso, tras ser descubierto, huyó a España con cuatro kilos en su poder en un saco de pienso para perros que fueron incautados.
Tras la caída del líder, la red criminal se descompuso, nombrando a un nuevo jefe. Fue en ese momento cuando se extendió hacia Galicia, Valencia y Andalucía, empleando un elevadísimo número de vehículos para no ser descubiertos. Ello fue así hasta mediados de septiembre, cuando la nueva cúpula fue cazada in fraganti cuando negociaba la venta de 355 kilos de marihuana a clientes chinos y cubanos.