La parálisis laboral ocasionada por la pandemia del coronavirus ha supuesto un mazazo en los planes de expansión de la empresa Celso Míguez para el trienio 2019- 2021, que había mantenido un crecimiento sostenible desde su fundación hace siete décadas.
Con una larga trayectoria y tras haberse situado como una de las principales firmas distribuidoras de pinturas y afines de Galicia, la firma que preside Javier Míguez Poza se ha visto obligada a efectuar un Erte (Expendiente de Regulación Temporal de Empleo) que afecta a 80 trabajadores y a realizar una reducción de la jornada laboral del 50% para el personal de sus tiendas, almacén y chóferes. Además, los empleados de administración están realizando teletrabajo desde sus domicilios.
Cuando en condiciones normales las tiendas de Celso Míguez deberían estar haciendo cajas diarias de 20.000 euros (abril suele ser un mes fuerte en la venta de pintura para fachadas e interiores de viviendas), en la actualidad las ventas diarias no llegan a los 5.000 euros. Cuenta con 3.000 clientes autónomos que no pueden realizar trabajos en el interior de domicilios que estén habitados para prevenir los contagios por Covid-19.
La alarma sanitaria ha hecho que la compra en tienda se haya reducido de forma considerable en los establecimientos de Celso Míguez, mientras que los pedidos online se han disparado de tal forma que son cuatro los trabajadores dedicados a este servicio, del que se venía encargando una persona.
Los negocios que esta firma tiene en toda Galicia reciben en la actualidad entre 100 y 150 encargos por vía telemática, mientras que antes de la pandemia apenas tenía cinco. Aunque no tiene problema para llevar los pedidos a las ciudades, se encuentra con dificultades logísticas para atender al interior de Lugo.
