"Se calcula que una de cada cinco personas con cáncer están sin diagnosticar"

La implantación de la consulta telefónica sumada al miedo al contagio por covid en los centros sanitarios han retrasado el diagnóstico de los pacientes oncológicos
Carmen Abeledo. GONZALO GARCÍA
photo_camera Carmen Abeledo. GONZALO GARCÍA

El impacto de la covid en los pacientes oncológicos es ya un hecho innegable. Los diagnósticos se han retrasado, los tratamientos no mantienen el ritmo prepandemia y los efectos colaterales en el campo socioeconómico se han agudizado. El alambre sobre el que caminan algunos pacientes es cada vez más fino. Carmen Abeledo cogió las riendas de la delegación de Pontevedra de la Asociación Española Contra el Cáncer el 1 de febrero de 2020, sin imaginar siquiera a dónde llegarían los tentáculos de la pandemia. Esto es lo que ha visto desde entonces.

El coronavirus rompió los esquemas del sistema sanitario. ¿Cómo afectó al diagnóstico del cáncer?

Un estudio reciente de la Sociedad Española de Oncología Médica calcula que una de cada cinco personas con cáncer está sin diagnosticar, con la repercusión que tiene eso a nivel de supervivencia. No es lo mismo detectar un tumor en un estadio uno que en estadio cuatro, por lo que para mí es uno de los factores claramente más preocupantes.

¿A qué se deben esos retrasos en el diagnóstico? Al cambio de funcionamiento de Primaria, al miedo a acudir a los centros de salud...

Un poco de todo. Normalmente, el médico de cabecera es el que diagnostica el cáncer, pero ahora las consultas se han retrasado un poco porque primero la cita debe ser telefónica y luego presencial. Por supuesto que en estos tiempos es recomendable reducir al máximo los desplazamientos, pero si los pacientes ven que sufren una pérdida de peso importante o un dolor no habitual, es importante que acudan a su médico de forma presencial. Los facultativos las están aceptando, y con mascarilla y cumpliendo las medidas higiénicas y de seguridad pueden ir sin problema. Además, es importante que la población participe en los programas de cribado de cáncer de mama y colon, que se detuvieron, pero se han vuelto a retomar. Son programas que salvan vidas y las pruebas son sencillas.

¿A nivel de tratamiento también se han percibido retrasos?

Todos los pacientes ya diagnosticados y que tenían una consulta programada fueron atendidos forma presencial o telemática. Hubo un porcentaje que se retrasó durante el confinamiento y se calcula que el número de pacientes atendidos en los hospitales de día bajó un 14%. No obstante, es cierto que los profesionales del servicio de Oncología hicieron un gran esfuerzo para que ninguna citación llegara a paralizarse.

¿Le consta algún caso que haya sufrido complicaciones serias a causa de los efectos de la pandemia?

Sí, sabemos de casos que fueron diagnosticados con mucho retraso o de alguna persona que habiendo sufrido una pérdida de peso importante fue diagnosticado de otra patología.

Y el golpe emocional también ha sido importante.

Sí. Cuando se hicieron encuestas de la asociación el 65% de los pacientes se mostraba preocupado por la pandemia y miedo a contagiarse. Otro 34% sufrió ansiedad y depresión durante el confinamiento y a final de año ese porcentaje ya era del 41%. De hecho, los psicólogos de nuestra asociación atendieron a mucha gente, sobre todo por ese miedo al contagio, porque son pacientes inmunodeprimidos, de mayor riesgo, que están sufriendo más todo esto. Además, está el impacto económico. Si el cáncer significa un gasto enorme para cualquier familia, ahora esto se ha agravado, porque muchas personas están en ERTE o sin trabajo.

Si el cáncer significa un gasto enorme para cualquier familia, ahora se ha agravado, porque muchos están en ERTE o sin trabajo

¿Esto se ha traducido en más peticiones de ayudas?

Sí, pese al confinamiento, no hemos parado de trabajar en ningún momento. Las psicólogas y los trabajadores sociales estuvieron atendiendo todo tipo de necesidades: entrega de alimentos, prestación de material ortopédico y ayudas económicas, que llegamos a triplicar. Ha sido un esfuerzo enorme, tanto de trabajadores como de voluntarios.

¿Cómo se ha hecho para costear ese incremento de las ayudas?

La sede central triplicó las ayudas que transfiere a cada delegación. Los ingresos habituales de la asociación bajaron, porque no pudimos hacer los eventos en los que solemos recaudar fondos.

¿Hay alguna estrategia especial prevista para este año?

En este momento no podemos llevar a cabo muchas actividades, pero hemos puesto en marcha un programa de atención en el rural para pacientes terminales del norte de la provincia. En las parroquias muchas veces existe dificultad para acceder a servicios públicos, por lo que hace unos 15 días extendimos el proyecto que ya teníamos en marcha en el sur de la provincia con La Caixa a concellos de menos de 10.000 habitantes del norte de la provincia. Una trabajadora social y una psicóloga se desplazan a estos núcleos para ofrecer apoyo psicológico y social, para que la familia pueda afrontar de mejor manera la situación de dependencia que se produce al final de la vida.

Hace un año que lidera la asociación, tras jubilarse como enfermera en A Parda. ¿Se esperaba que la experiencia fuera así?

La verdad es que me sorprendió la cantidad de trabajo que conlleva, pero como me encanta ayudar y aprender, para mí es una experiencia de vida muy gratificante. Los voluntarios y los trabajadores son gente muy solidaria y siempre me ha gustado esa faceta. Solo quiero añadir una cosa, el agradecimiento a los profesionales de la sanidad que nos están cuidando. Como enfermera que fui, les envío mi más sincero agradecimiento.

El número de pacientes atendidos en los hospitales de día bajó un 14%, aunque Oncología hizo un gran esfuerzo para que ninguna citación llegara a paralizarse

"El apoyo psicológico es el más demandado; cuando te dicen que tienes cáncer el impacto es duro"

¿Cuántos socios tiene ahora mismo la asociación?

Algo más de 9.000 socios a nivel provincia. Comprendo que en este momento no es fácil asumir gastos, pero nos gustaría aumentar un poco la cifra, porque no es lo mismo funcionar con unos ingresos más o menos fijos que con unos que oscilan.

¿Existe una cuota cerrada?

Uno puede pagar anualmente lo que quiera. Las personas interesadas pueden entrar en la web de la asociación o ir por la sede, donde le dirán como pueden colaborar.

La AECC ofrece apoyo psicológico y económico, cede material, conduce un carrito solidario en los hospitales de día.... Pero ¿cuál es el servicio más demandado?

El apoyo psicológico, porque emocionalmente cuando te dicen que padeces cáncer el impacto es muy duro. Las psicólogas de la asociación ofrecen en este sentido un apoyo importante, no solo para el paciente, sino también para la familia. Para recibirlo no es necesario ser socio ni pagar cuota. Todas las ayudas que ofrecemos son gratuitas.

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