Sagasta: una calle con mucha miga en pleno centro

Cuenta con tres panaderías en apenas 100 metros: Acuña, Mipa y Pumpernickel
De izquierda a derecha, Fernando Vidal, dueño de la panadería Mipa; Elías del Solar, de Pumpernickel; y Andrés Acuña, propietario de Acuña. GONZALO GARCÍA
photo_camera De izquierda a derecha, Fernando Vidal, dueño de la panadería Mipa; Elías del Solar, de Pumpernickel; y Andrés Acuña, propietario de Acuña. GONZALO GARCÍA

Habitualmente, en ciudades como Pontevedra, los nombres de las calles se cambian coloquialmente por otras palabras que las definen. Un ejemplo es Benito Corbal, más conocida popularmente como ‘la calle de las tiendas’. Lo mismo ocurre con la rúa Serra, o más bien ‘la calle del Mercado’, y con la rúa Charino, ‘la calle de los pubs’. 

Ampliando esta teoría al resto de sectores, se pueden descubrir importantes curiosidades. Una de ellas se encuentra en pleno centro, en la calle Sagasta. En apenas 100 metros están situadas tres panaderías: Acuña, Mipa y Pumpernickel Artisan Bakery. Tres establecimientos que, aunque prácticamente venden los mismos productos, cada una de ellas tiene algo que la diferencia del resto.

La primera que aterrizó en esta vía fue Pumpernickel, lo hizo el 7 de septiembre de 2017. "Nos parecía una calle bastante interesante porque había mucho flujo de gente. Del grupo que hay ahora, nosotros fuimos los primeros en llegar aquí, pero creíamos que era una calle con bastante repercusión", explica el dueño, Elías del Solar Rosales.

Elías del Solar
Elías del Solar

Pumpernickel Artisan Bakery


"Sagasta nos parecía una calle bastante interesante y con mucha repercusión porque siempre tenía un gran flujo de gente"

A ella le siguió, poco después, Acuña. Su llegada a esta calle se produjo cuando la tradicional cafetería Sagasta decidió cerrar sus puertas definitivamente. En ese momento, "los propietarios, que llevaban ahí unos 40 o 50 años, nos la vinieron a ofrecer, y como era una buena oportunidad, hicimos una reforma integral del establecimiento y lo pusimos en marcha", explica Andrés Acuña, propietario de la panadería.

La última en apostar por Sagasta fue Mipa, de hecho, este negocio familiar apenas lleva un año y medio en esta calle. Sin embargo, la historia de esta empresa se remonta muchos años atrás. "O meu avó era panadeiro, foi o primeiro que houbo en Campo Lameiro. El estivo facendo pan para as tropas durante a guerra e despois, cando esta rematou, viu para aquí e montou unha panadería. Seguiron despois os meus dous avós, os meus pais e agora eu. É algo que se leva na sangue. De feito o meu fillo tamén estudando agora no Carlos Oroza para ser panadeiro coma nós", afirma Fernando Vidal, el actual dueño. 

La elección de la calle


Cuando tantos panaderos coinciden en montar sus negocios en Sagasta, es lógico que existe alguna razón de peso en su elección. En este caso, la respuesta es la combinación de dos factores. Por un lado, los buenos alquileres, ya que como explica Vidal, "a mín gustoume a zona porque estaba no centro e porque o prezo do local era baixo". Aunque sin duda, la clave del éxito de esta localización se debe también a que por aquí pasa el Camino de Santiago

Andrés Acuña
Andrés Acuña

Panadería Acuña


"Lo bueno es que cada uno de los locales que estamos aquí tenemos nuestro público y somos bastante diferentes"

"Nótase que hai moita afluencia de peregrinos, pasa seguido xente extranxeira de moitos lados e iso sempre e positivo para nós", añade el dueño de Mipa. 

En lo mismo coincide Elías del Solar, que asegura que "el Camino de Santiago influye mucho, además a nosotros que tenemos los desayunos nos ayuda y lo notamos bastante".

"A competencia sempre é boa"


A pesar de estar prácticamente al lado, los tres establecimientos trabajan diariamente a pleno rendimiento. Esto es una demostración de que, como dice Fernando Vidal, "a competencia sempre é boa", sobre todo cuando el público que acude a cada una de ellas es completamente distinto.

Por un lado, Pumpernickel, que se caracteriza por sus harinas ecológicas, sus panes de fermentación larga y por apostar por el veganismo. Tal y como explica del Solar, su esencia es que "fomentamos la alimentación saludable entre nuestros clientes".

Fernando Vidal
Fernando Vidal

Mipa


"A competencia é boa mentres sexamos respetuosos uns cos outros. Ademais, iso incítache a facelo o mellor posible"

En cuanto a Mipa, este local destaca "polo pan artesán, sobre todo o de maíz". Acuña, por su parte, apuesta por "tener una variedad de productos muy amplia y de buena calidad. Tal vez lo que más vendemos son las cañitas, sobre todo la frita, que se pide mucho a lo largo del fin de semana".

Tal vez esto, la diferenciación dentro del mismo sector, sea la clave de su éxito.

La recta final de Landín


Aunque no está situada exactamente en la calle Sagasta sino en Frei Xoán de Navarrete, dentro de de esta milla de oro también se podría incluir la Confitería Landín. Un local emblemático de la ciudad que llegó a la zona hace 20 años y que, como ya anunció este periódico, se despedirá de su público el próximo 15 de mayo a raíz de la jubilación de su fundador, Fernando Dios Landín. 

Durante todo este tiempo, esta pastelería ha brillado por sus trenzas y sus cruasanes, dos productos que, sin duda, extrañarán los pontevedreses. El futuro de este establecimiento está todavía en el aire.

"Ser panadeiro é algo moi sacrificado"
Detrás de cada panadería existe una realidad muy compleja que a veces se desconoce. "Este traballo é moi complicado porque se traballa de noite. Este oficio estase modificando moito cos novos tempos pero para facer un pan completamente artesanal hai que traballar todas as noites", explica Fernando Vidal.

El propietario de Mipas tiene claro que "para dedicarse a isto hai que ter moitas ganas de traballar porque ser panadeiro é algo moi sacrificado".

Precios al alza

A la complejidad que ya conlleva dedicarse a este oficio, hay que sumar las dificultades que llevan acarreando los panaderos en los últimos meses, ya que la subida de precios de las materias primas es imparable.

"Hasta ahora intentamos asumir nosotros las subidas de precios y repercutir lo menos posible en el producto final para no afectar a la capacidad adquisitiva del consumidor, pero esto seguramente cambie porque la situación es insoportable", afirma Acuña.
 

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