El barrio de San José de Campolongo celebró este domingo la festividad de su patrón. Los feligreses ocuparon la totalidad de las plazas disponibles (350 correspondientes al 50% del aforo del templo) en la misa solemne que Casimiro Fernández ofició a las 12.30 horas. Además de la restricción en el aforo, la eucaristía se desarrolló con las demás medidas preventivas dictadas por las autoridades sanitarias, entre ellas la distancia social y el uso de gel hidroalcohólico a la entrada de la iglesia.
Al igual que en la festividad de San José de 2020, el acto litúrgico fue el único evento de la programación religiosa. La imagen del santo no salió en procesión por el entorno del templo porque las medidas de prevención de contagios en la actual situación de pandemia, dictadas por las autoridades sanitarias, prohiben la organización de los desfiles religiosos.
El párroco explica que "este año hemos efectuado una ofrenda a San José en la que participaron los devotos para recaudar fondos para la restauración del tejado de la iglesia". De hecho, tras la celebración religiosa tuvo lugar un sorteo de un lote de productos entre todas las personas colaboradoras.
Con el objetivo de recaudar fondos que permitan abordar los trabajos de eliminación de las goteras (el presupuesto de la actuación asciende a 200.000 euros), la feligresía tiene previsto poner a la venta unas imágenes de pasta de madera de San José durmiendo, "la misma imagen que tiene el papa Francisco en su dormitorio", explica Casimiro Fernández.
"Este verano tenemos que renovar la cubierta de la iglesia en su totalidad -subraya el sacerdote porque hay muchísimas filtraciones de agua que están provocando una gran humedad en el interior del templo que puede acabar afectando a las imágenes y a los retablos". De hecho, precisa que "hubo días en el pasado invierno que el agua caía a chorros dentro de la iglesia. Incluso tuvimos que poner calderos".
"La gente se está portando muy bien. Seguiremos impulsando distintas iniciativas para seguir recaudando fondos", anuncia el clérigo.
SIN ACTOS DE CALLE. La comisión que se venía encargando de diseñar la programación de actos profanos dedicada a San José ha adoptado la misma decisión que en 2020, cuando estalló la pandemia: no organizar ningún acto hasta que la situación sanitaria lo permita.
El grupo de jóvenes que había recuperado las fiestas del barrio de Campolongo hacía un lustro no se plantea esta suspensión como un final sino como "un parón" obligado por la crisis sanitaria. Además, considera que no es el momento de realizar ninguna actividad que pueda suponer un riesgo de contagio y también por respeto a las personas que están enfermas y a las familias que están pasando dificultades económicas derivadas de esta crisis sanitaria.
Los integrantes de la comisión aseguran que están dispuestos a volver a impulsar las fiestas del barrio en el momento en el que las circunstancias sanitarias lo permitan, a ser posible el próximo año, cuando queden atrás todas las restricciones y ya no resulte necesario adoptar todas las medidas de prevención. Además, anuncian que están estudiando la posibilidad de dar un nuevo enfoque a la programación para adaptarla a la nueva normalidad.
Casimiro Fernández, que tomó posesión de la feligresía de San José el 22 de septiembre de 2013 (tras el fallecimiento, el 6 de mayo de ese mismo año, de José Antonio Fernández Recuna), mantiene el plan de trabajos de mejora de la iglesia. Tanto es así que unos meses después de hacerse cargo de la parroquia encargó a una empresa especializada la instalación del nuevo sistema de calefacción, con una inversión de 31.338,84 euros.
Por entonces también se acometieron trabajos de limpieza del tejado de la iglesia y la casa rectoral, se sustituyeron las tejas rotas, se sellaron las fisuras y se repararon la cruz principal y los campanarios. Los trabajos fueron realizados por la firma Geserga, con un coste total de 3.449,99 euros.
El sistema de anclaje de la cruz principal estaba muy deteriorado. Con el paso de los años los agentes meteorológicos habían desprendido el cemento de la estructura y dejado al descubierto los hierros de sujeción, por lo que la pieza religiosa corría el peligro de desplomarse en cualquier momento.
Por otro lado, entre las ideas que maneja Casimiro Fernández y su equipo parroquial figura la selección de tallas de santos denominados José, como el patrón de la propia feligresía. "De hecho, San Juan Pablo II fue bautizado como Carlos José", explica el sacerdote de Campolongo.
Los oficios litúrgicos se desarrollarán teniendo en cuenta las restricciones de aforo en el templo.
Las misas dedicadas al santo máis milagreiro serán a las 9.00, 10.00, 11.00 y 12.00 horas por la mañana y a las 17.00, 18.00, 19.00 y 20.00 horas por la tarde para así poder efectuar la desinfección de los bancos.
