Cáritas habilita su centro Raíña da Paz para acoger a personas que no tienen hogar

Calor y Café cierra sus instalaciones temporalmente por no respetar las distancias recomendables para evitar contagios ►La sede de Cáritas en Joaquín Costa y el centro de Rexurdir acogerán usuarios durante el día mientras dure la cuarentena
Dos personas sin hogar, este lunes, en la Praza do Hospital. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Dos personas sin hogar, este lunes, en la Praza do Hospital. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Las medidas de prevención de contagios por Covid-19 hicieron que el Concello tuviese que replantear las medidas de ayuda a personas sin hogar. Así, Cáritas habilitó este lunes su centro Raíña da Paz, en Salcedo, que será la residencia de un grupo de personas que normalmente dormían en albergues de la ciudad.

El Concello tomó esta decisión junto a las entidades sociales para garantizar la salud de las personas sin hogar durante el tiempo que dure el confinamiento, de modo que no habrá período máximo de estancia. El motivo para la apertura del inmueble es que Calor y Café no cuenta con las distancias mínimas entre camas exigidas en el nuevo protocolo de sanidad, lo que reduce el número de plazas para personas sin hogar en Pontevedra. Por este motivo, el Concello junto a las entidades sociales, acordó este lunes el cierre temporal de las instalaciones del albergue situado en la calle Casimiro Gómez a fin de frenar contagios en plena crisis del coronavirus.

Mihail Victor
"Me gustaría que no nos cierren el albergue porque si no tenemos que dormir en la calle"

Por otra parte, las instalaciones del albergue de San Javier, en Monte Porreiro, funcionarán con normalidad ya que existe espacio suficiente entre las camas. Este centro tiene capacidad para 21 usuarios.

Las sensaciones este lunes en la calle eran de incertidumbre entre las personas que no tienen una casa en la que confinarse. "Me gustaría que no nos cerrasen l albergue, porque si no hay que dormir en la calle", explicaba Mihail Victor antes de irse a otra parte. "Pues cómo lo voy a llevar, muy mal", contaba José Antonio. "Yo quise coger un tren para volver a Murcia, de donde soy, pero no me dejaron", explicaba el hombre, que había pasado las noches anteriores en el albergue Calor y Café después de haber estado una temporada en Vigo. Esta es una rutina que adquieren algunas personas sin hogar: ir moviéndose entre ciudades para pasar el período máximo que permiten los distintos albergues.

En los últimos días, Calor y Café ya había reducido el número de personas que acogía para mantener las distancias necesarias. Así, fueron siete los usuarios que pernoctaron en las instalaciones de la asociación, cuando tiene plaza para 12.

José Antonio
"No hay bibliotecas abiertas para leer el periódico, ni una cafetería, ni se puede pedir porque no pasa nadie"

"Es la primera vez que estoy en Pontevedra y me coincide con esto", cuenta José Antonio, que mata el tiempo en la Praza do Hospital de Pontevedra mientras espera a que pase el día. Lleva puesta una cazadora que le dio un chico hace dos días. "Me vio refugiarme en un portal con el frío y bajó con una cazadora y alguna otra prenda", cuenta agradecido. "No hay bibliotecas abiertas para leer el periódico, ni cafeterías y, si te pones a pedir, tampoco te dan nada porque no pasa nadie por la calle", explica José Antonio.

Así, el Concello, en colaboración con las entidades sociales, pone a disposición de las personas sin hogar dos centros de día. Por un lado, el de Rexurdir, y, por el otro, el que tiene Cáritas en la calle Joaquín Costa.

Con José Antonio, otros dos hombres esperan sentados en la misma plaza a que abra el albergue. "Nos han dicho que tratarían de encontrarnos un lugar en el que pasar este tiempo, yo les he dado mi teléfono y estoy esperando a que me llamen", explicaba el murciano antes de que se acordara la apertura de Raíña da Paz, "un espazo preparado para situacións como esta, con comedor, espazo para máis de 40 persoas, xardíns...", tal y como explicaban este lunes fuentes municipales.

El Concello calcula que en Pontevedra hay unas 30 personas sin hogar.