La carne de toro es un manjar de indudable prestigio gastronómico de los que los grandes paladares son buenos conocedores. Los amantes pontevedreses de este singular producto están de enhorabuena, pues tras dos años de "sequía", las reses lidiadas en el coso de San Roque volverán a ser despachadas en el Mercado de Abastos.
Concretamente, en los puestos 22 y 24, pertenecientes a la empresaria Begoña Laya, quien de esta forma mantiene una tradición que inició su abuelo, Santiago Laya, "hace casi 50 años".
De hecho, recuerda estar con él en la plaza de toros, siendo aún una niña, para vivir en primera persona el trasiego habitual del despiece y posterior traslado de la carne al negocio familiar.
Un proceso que, según explica, hace años que se modificó en virtud de las modificaciones sanitarias. Ahora, de la plaza de toros van directamente al matadero de Cambados, donde se limpian y se almacenan en cámaras frigoríficas. Allí se les toman muestras para realizar las analíticas sanitarias pertinentes (por si algún animal llegó enfermo a Pontevedra) y, si no surge ningún problema, al cabo de dos días ya se envían al punto de venta. "Que en Pontevedra vuelve a ser mi carnicería, en exclusiva", recalca Laya.
Precios
Según estas previsiones, la carne de toro estará ya a la venta a partir del miércoles. Los precios serán los mismos que en 2019 (los dos últimos años no se comercializó por la suspensión de las corridas): 12 euros el kilo del chuletón y entre 4,5 y 12 euros el costillar.
"Lo que más demanda tiene es el chuletón, pero a mí, personalmente, me gusta más un buen jarrete o la costilla, porque al ser una carne mayor necesita una buena cocción y un elaborado lento", puntualiza la carnicera.
Laya se muestra confiada en repetir la excelente acogida de anteriores ocasiones, cuando el producto se agotó a los pocos días de llegar a la Plaza, debido a la alta demanda de particulares y negocios de hostelería.