Pizza, espeto de langostinos, espaguetti a la boloñesa, sopa de hortalizas, dorada a la panadera, cordon bleu, macedonia de frutas y semifrío son algunas de las recetas que componen el primer menú para llevar a casa que, oficialmente, despachará el CIFP Carlos Oroza por primera vez. Será este viernes cuando se ponga en marcha el servicio delivery, que pasa de ser una práctica incluida en el currículum a una opción más para los paladares de Pontevedra.
"O servizo take-away é unha práctica activa onde o alumnado actuará por equipos no primeiro trimestre do curso escolar e tratará de desenvolver un servicio de comida tradicional para levar ao domicilio", explica Ricardo Fernández Guerra, profesor del CS Dirección de Cociña. Su alumnado, ya en segundo, es el encargado de desarrollar este nuevo proyecto, que cobra cada vez más importancia debido al auge del delivery, una opción laboral cada vez más real para el estudiantado una vez termine el ciclo.
La clientela podrá acceder a los menús a través de una página web creada a tal efecto, clicando en el menú que desee para realizar su pedido. Allí podrá elegir los platos concretos y la cantidad. Además de un acuse de recibo, en algunos casos le enviarán un correo para detallar particularidades, como si el sanjacobo se prefiere crudo para darle el último toque en casa o ya directamente hecho para solo calentarlo. También llegará la factura posteriormente.
En este primer trimestre, apunta el docente, el proyecto se desarrolla "a modo de ensaio e probas en formato de grupos de traballo" de seis estudiantes y los menús fueron diseñados por el profesor.
En el segundo trimestre ya constituirá un ejercicio individual para cada alumno. Un ejercicio que será, admite, "potente", pues más allá de crear los menús desde cero y de cocinar, incluirá también tareas de márketing y publicidad para darse a conocer e informática para gestionar los pedidos por Internet. El objetivo es que cada uno despacho diez menús.
Servicio semanal a precios populares
De hecho, para realizar un pedido es necesario hacerlo a través de los formularios de Google diseñados para tal fin. Estos se realizarán y se atenderán hasta la víspera de cada venta a mediodía.
Cada uno de estos viernes (quedan los días 11, 18 y 25 de noviembre, aunque los dos primeros ya están completos, y el 2 y 9 de diciembre) se ofrecerá un menú compuesto por dos petiscos a un euro, dos entrantes a 1,5 euros, dos platos principales a 2,5 y dos sobremesas a elegir, también a un euro cada una.
Estas recetas son las mismas que estos seis estudiantes tendrán que cocinar también para los 60 comensales -alumnos y docentes- que acuden al restaurante de servicio del instituto -no confundir con el aula gastronómica Álvaro Cunqueiro-. "Este venres teñen que facer o menú para o restaurante de persoal e, ademais, teñen oito persoas que o pediron para levar para a casa", especifica Fernández Guerra.
Las diferencias, detalla, son significativas, pues ya no se trata de cocinar y emplatar para ser consumido en los próximos minutos. "O menú está pensado para comer aquí, así que os do take away teñen que levar máis cantidade de prebe, para que ao quentalos na casa non queden secos. A boloñesa, por exemplo, ten que ir no niño da pasta".
Una vez cocinados, los alimentos se enfrían hasta un grado en una máquina, se envasan y se etiquetan, detallando ingredientes y alérgenos.
Además, no solo son texturas y cantidades. Los menús para llevar deberán estar cuidadosamente presentados "para que resulten atractivos ao abrilos".
Moneda propia
El centro, además, ha dispuesto de un punto de venta para despachar los pedidos, que deben recogerse a partir de las 13.30 horas. Y se pagará con las Oroza-moedas, que equivalen a monedas convencionales de 50 céntimos, uno y dos euros y se pueden cambiar en la conserjería del propio instituto. Es el mismo sistema que se utiliza para abonar otros servicios, como el pan y la repostería que vende el ciclo correspondiente, los bocadillos de la PonteVan en los recreos o las consumiciones en la cafetería del centro.