ESTA ES MI CALLE

Rúa Castelao, una calle "de segunda" en pleno centro

A pesar de ser la paralela a la milla de oro y de tener negocios históricos como la Cafetería Castelao, El Dorado, Cordal o Tito de la Peña, los comerciantes aseguran que esta es una vía "de poco tránsito"

Situada entre las vías Daniel de la Sota y Sagasta, la calle Castelao es una de las más recientes de toda la Boa Vila, ya que se abrió a la ciudadanía en el año 1986. Y es que tal y como recuerda Pepy González Clavijo en su libro Las calles de Pontevedra, "antes había un callejón sin salida y las oficinas de Fenosa".

Su apertura estaba proyectada desde el año 1960 y para ella estaba destinado el nombre de Cruz Gallástegui, pero finalmente esta denominación se le adjudicó a la que actualmente continúa con ella y esta otra pasó a conocerse como la calle Castelao.

Con esta incorporación al callejero de la ciudad, la capital de la provincia ganó, tal y como afirma Ramón Rozas, en su libro Rúas de Pontevedra, "unha nova zona a urbanizar en pleno centro". "O seu destino era ben claro, acoller diferentes establecementos comerciais adicados a sectores do máis variado. Dende a cafetería e o restaurante do propio Hotel Rías Bajas no que se parece recuperar ese carácter que se daba en tantos outros locais da cidade no que se mantiñan tertulias (...), ata anova entrada do reformado Hospital Domínguez, pertencente a unha das familias que máis participaron da historia da cidade".

Comerciantes de la Calle Castelao. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
Comerciantes de la Calle Castelao. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Además de estos dos edificios representativos en la ciudad, en esta calle hay también una decena de negocios, tanto comerciales como dedicados al sector de la hostelería. Comenzando por los bares, en esta vía destaca la cafetería Marco y Castelao. El dueño de este última, Tito Cabral, recuerda como llegó a la zona "en junio de 1996" y, desde entonces, "el entorno cambió muchísimo".

"De los establecimientos históricos quedamos pocos, y de hecho, sino estuviese el Hospital Provincial nosotros no seguiríamos aquí. Eso es lo que le da algo de vida a la calle", afirma el hostelero.

Cabral lamenta que "a pesar de estar en pleno centro", la vía está "totalmente abandonada" y los comerciantes sienten que trabajan "en una calle de segunda". "Hay algún local cerrado y es una calle de poco tránsito. Habría que darle un carácter más moderno", reclama.

COMERCIOS. Si se habla de negocios referentes en la calle Castelao, es necesario mencionar a la tienda la Joyería El Dorado, que hace esquina con Sagasta y abrió en 1998. Rebeca Vázquez, una de sus dependientas, recuerda como «al principio la vía estuvo muy parada y cuando se reformó Cruz Gallástegui cogió algo más de movimiento. Lo bueno que tiene es que está cerca de Benito Corbal porque sino, en cualquier otro sitio, no tendría nada de vida».

En la década de los 90 aterrizó también en la zona la perfumería Tito de la Peña. Desde entonces, apunta Sandra Garrido, una de sus empleadas, "la calle cambió muchísimo y para mejor. Poco a poco van abriendo más comercios, aunque la cosa está difícil. Esta es una calle muy parada. De hecho, parece parece mentira que estemos en el centro, porque muchas veces no lo parece".

Emblemática también la tienda Cordal, que abrió hace 15 años. "Esta es una zona muy parada y necesitaríamos alguna tienda de más movimiento para que la gente joven pase más por aquí. Es cierto que la calle desde que se abrió cambió para bien, porque antes estaba aún más muerta, pero tendría que tener más afluencia de gente", reclama Mercedes González, encargada e hija de los dueños.

Siguiendo con los comercios, la Óptica Döce se instaló en Castelao en diciembre de 1995. Su propietario, Fernando Otero, reconoce que "el tránsito de gente no es el que esperábamos cuando abrimos hace más de 20 años". Además, añade, "la iluminación es un poco escasa por la noche y eso tampoco invita a pasar y yo creo que si hubiese un negocio potente que atrajese a más gente, seguramente funcionaría mejor".

Otra de los establecimientos comerciales que sobrevive en la vía 22 años después de su apertura es Naty. Una de sus dependientas, Silvia Villaverde, apunta que "la calle cambió mucho y las ventas también. La crisis del 2008 afectó, la pandemia también... y al no ser una calle comercial, como la milla de oro, la gente directamente no pasa por aquí".

"Ojalá desde el Concello pusiesen en marcha alguna iniciativa para fomentar el comercio local", reclama Villaverde.

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