Castor y sus socios albaneses declaran que solo hacían negocio con los coches

Uno de los acusados reconoció que le contrataron para "llevar algo" pero que "creía que era hachís". La Udyco de Pontevedra le había cazado con el mayor cargamento de heroína de Europa

Castor M. (centro), su presunto socio Sokol R. (a su lado) y la esposa del primero, durante la primera sesión del juicio. DAVID FREIRE
photo_camera Castor M. (centro), su presunto socio Sokol R. (a su lado) y la esposa del primero, durante la primera sesión del juicio. DAVID FREIRE

El juicio por el que en su momento, el Día del Padre de 2016, fue el mayor decomiso de heroína del año en Europa, comenzó este martes en la sala cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Con la ausencia de Nikolin J., súbdito albanés afincado en Valencia que consiguió huir cuando explotó la operación policial, la ciudad del Lérez recibió este martes la 'visita' de Castor M.C.C., considerado por la Policía el mayor traficante de heroína del Noroeste Peninsular, y de varios de sus presuntos socios, entre los que se encontraba el hombre que conducía el Porsche Cayenne en el que fue hallada la droga, Rinus G., y el presunto enlace entre Nikolin y Castor, Sokol R., el hombre que pagó un millón de euros hace unos meses para salir en libertad bajo fianza antes de la vista.

De todos ellos, el único que reconoció su participación en una actividad ilícita fue Rinus, que confirmó que conocía tanto a Castor como a Sokol y reconoció que "me contrataron para transportar algo pero no sabía que era ese tipo de droga. Creía que era hachís. Me dieron el coche ya preparado", dijo, a lo que añadió que "no sé a quién iba dirigida. Tenía que hacer una llamada para entregarla pero ya llegó la Policía". Rinus añadió que partió desde Amsterdam y se dirigió directamente a Pontevedra, donde fue interceptado por el Grupo II de la Udyco.

Sokol y Castor reconocieron contactos entre sí, si bien el albanés dijo que eran gestiones para su amigo Rinus y señaló que apenas conocía al gallego afincado en Mos. Todo ello, en cualquier caso, tenía que ver con negocios de compraventa de vehículos, según sostuvieron.

En concreto, explicó que tiene una empresa de construcción en su país y que aquí se dedica al transporte de frutas y a "comprar y vender algún coche, si me sale". Asimismo, expuso que recibe mucho dinero "de mi mujer. Su padre es un gran empresario allí. Fue el que me pagó la fianza". En cuanto a una presunta investigación por tráfico de heroína en Alemania, donde también hacía negocios, señaló que "nunca he traficado". Pese a que la Policía le sitúa en al menos una reunión en Barcelona con Nikolin y con Castor, sostuvo que no conoce al primero y que al segundo solo lo vio dos veces.

Castor, por su parte, señaló que sus constantes viajes a Albania eran porque tenía muchos amigos allí y reconoció contactos con el resto de procesados, pero solo para la compraventa de vehículos.

Los procesados se reunían en Barcelona, Málaga, Albania, Turquía y Pontevedra
El proceso de investigación que desembocó en la detención de los miembros de la presunta red criminal que ahora está siendo juzgada fueron vistos por la Policía en puntos tan distantes como Albania, Turquía, Barcelona, Málaga o en el Parador de Baiona, donde fueron localizados en agosto de 2015, varios meses antes del alijo incautado en las proximidades de Tui. El golpe policial a la red se fraguó cuando los investigadores supieron que Nikolin y Castor habían pactado, con la intermediación de Sokol, el envío de 54 kilos de caballo, que llegaron en el Porsche Cayenne que conducía Rinus.

Eso es lo que se extrae del escrito de acusación del fiscal, que explica que la esposa de Castor participaba en las actividades ilícitas y que la transacción iba a realizarse en un hotel de la villa fronteriza entre Pontevedra y Portugal. Los paquetes con la droga fueron hallados detrás de las ruedas traseras, en un habitáculo que transcurría hasta la parte delantera del vehículo.

Por los hechos, el fiscal pide 17 años de prisión para Castor (incluidos cinco por blanqueo de capitales); 15 para su esposa (cinco de ellos por blanqueo); doce años y nueve meses para Rinus; once para Sokol y doce para el vigués J.R.R. y el vecino de Ribadumia M.A.G.B., que distribuían las sustancias, según la acusación, entre los consumidores finales. El juicio continuará este miércoles con el testimonio de estos dos últimos procesados y de los policías que llevaron a cabo la investigación.

 

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