El servicio de tarde de la Policía Local se quedó este sábado, literalmente, bajo mínimos, lo que amenazó la celebración del II Gran Premio de Ciclismo Rogelio Acuña. En vez de los 20 funcionarios que deberían estar a pie de calle para velar por la seguridad de la prueba, tan solo estaban operativos tres mandos y tres agentes (en la imagen, uno de ellos, ayer, durante la Pontevedrada).
Finalmente, fueron los voluntarios de Protección Civil, con ayuda de los padres de algunos participantes en la prueba, los que se ocuparon de vigilar las zonas más conflictivas.
El percance se debió a una repentina baja en cadena por enfermedad de 14 agentes (nueve por la mañana y cinco por la tarde), curiosamente dos días después de que los sindicatos anunciasen el inicio de un conflicto con el Gobierno local para negociar una subida salarial.