La Brigada de Investigación Tecnológica de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra ha dado un nuevo golpe a los individuos que apuestan por atentar contra la indemnidad sexual y la intimidad de los menores a través de Internet, ya no solo en Galicia, sino en toda España. El equipo que dirige el pontevedrés José Torres echó mano de efectivos de distintos acuartelamientos para la fase de explotación de la operación Néboa, saldada, de forma inicial, con siete individuos detenidos por delitos contra la libertad sexual, acusados de "grooming", la modalidad de ciberacoso sexual que tiene como víctimas a menores de edad.
Las pesquisas se iniciaron, como suele ocurrir en estos casos, merced a la colaboración ciudadana. Un particular dio cuenta a la Fiscalía de Menores de Pontevedra de la existencia de material sexual explícito en el que la protagonista era una niña de 14 años. En vista de la procedencia de la denuncia, el Ministerio Público puso los hechos en conocimiento del Juzgado de Instrucción 1 de A Estrada (la presunta víctima estaba afincada en las inmediaciones de la capital dezana). El órgano judicial, consciente de la complejidad del asunto, trasladó todos los indicios que manejaba a la Brigada de Investigación Tecnológica de la Comandancia, una de las unidades punteras en esta clase de investigaciones a nivel nacional.
LAS PESQUISAS. Fruto de las pesquisas que se desarrollaron en Pontevedra, la Guardia Civil tuvo claro que la menor estaba siendo objeto de grooming. Los investigadores constataron sin ningún género de dudas la existencia de conversaciones de varias personas de edad adulta con la menor a través del programa de mensajería instantánea WhatsApp. En ellas se reflejaba con claridad la existencia de propuestas, en la mayoría de los casos con las coacciones y las amenazas de por medio, en las que instaban a la presunta víctima al envío de fotografías y de vídeos de sí misma con un contenido explícitamente erótico o sexual.
Pero los investigados incluso iban más allá: las pesquisas determinaron que algunos de los detenidos llegaron a proponer a la adolescente pontevedresa un encuentro real para mantener relaciones sexuales en persona.
Con todos estos datos en la mano, José Torres y su equipo apostaron por iniciar sin más dilación la fase de explotación del operativo.
Para ello contó con el apoyo de ocho órganos judiciales distintos y de las unidades orgánicas de Policía Judicial del Instituto Armado de Cáceres, Córdoba, Alicante, Valencia, Málaga, Palma de Mallorca y Cádiz, lugares en los que se practicaron los arrestos de los principales implicados en los hechos.
Además, el Instituto Armado investiga a cuatro individuos más afincados en Alicante, Málaga y Pontevedra, por lo que aún no dan por cerrada la operación.
En el marco de los registros domiciliarios, las distintas comandancias que participaron en los mismos se incautaron de 22 teléfonos móviles, seis ordenadores, 21 pendrives, cuatro discos duros, dos tabletas, dos tarjetas de memoria y gran cantidad de soportes ópticos en formato CD o DVD.
