Cementerios desangelados en Todos los Santos a causa del cierre y la lluvia

Muchos pontevedreses visitaron de forma escalonada los camposantos a lo largo de la semana
 
Imagen del cementerio de San mauro. RAFA FARIÑA
photo_camera Imagen del cementerio de San mauro. RAFA FARIÑA

Visitantes depositando flores en el cementerio. RAFA FARIÑANada que ver con otros años. La importante afluencia de visitantes a los cementerios que se venía registrando tradicionalmente en Todos los Santos pasó a ser, con la pandemia del covid-19, una jornada en la que los camposantos presentaron una estampa desangelada.

El cierre perimetral de Pontevedra decretado por la Xunta de Galicia el pasado viernes para la contención de los contagios, unido a la lluvia caída durante toda la jornada y la realización de visitas que tuvieron lugar a lo largo de la semana de forma escalonada hicieron de la festividad de Todos los Santos una jornada muy tranquila en las distintas necrópolis del municipio.

El cementerio de San Mauro, el de mayor extensión y tradicionalmente de mayor afluencia de visitantes durante estos días, al igual que los otros cuatro municipales (Campañó, Bora, Lourizán y Ponte Sampaio), registró este domingo un notable descenso en el número de personas que acudieron a honrar la memoria de sus seres queridos. Y es que, según explica Francisco Abuín, uno de los sepultureros del Servizo Municipal de Cemiterios, el 80% de las visitas tuvieron lugar el pasado viernes, 30 de octubre. "A xente fixo caso ás indicacións das autoridades sanitarias para facer as visitas espaciadas e evitar aglomeracións que supuxeran un risco de contaxio por covid-19". 

Visitantes en el cementerio. RAFA FARIÑAOtros de los motivos de la imagen casi solitaria que presentaron los camposantos también se encuentran en la normativa dictada por el Gobierno gallego y el protocolo elaborado por el Concello fijaban en cuatro el número máximo de personas convivientes por grupo, una limitación que impidió la concentración de visitantes ante los nichos y panteones. Además, la duración de la estancia en los camposantos fue de 30 minutos.

La inmensa mayoría de los visitantes optaron por acudir a pie a los cementerios, por lo que la afluencia de vehículos fue mucho menor que en años precedentes. Esa circunstancia, unida al operativo especial de tráfico puesto en marcha por la Policía Local evitó que se formaran retenciones en las inmediaciones de los camposantos de San Mauro y Lérez.

Visitantes en el cementerio de San Mauro. RAFA FARIÑAEntre los motivos de la caída del número de visitantes en Todos los Santos también se encuentra un decreto emitido por la Iglesia, a través de su Penitenciaría Apostólica, en en el que se indica que este año, en las circunstancias actuales debidas a la pandemia de covid-19, "las indulgencias plenarias para los fieles fallecidos se prorrogarán durante todo el mes de noviembre, con la adecuación de las obras y condiciones para garantizar la seguridad de los fieles". 

VERSOS Y TAPIZ FLORAL. Francisco Abuín, sepulturero municipal, colocó en la puerta de la capilla de San Mamede -situada en el camposanto de San Mauro- varios versos. En uno de ellos, de su autoría, se puede leer: "A xente vén escoitar o silencio, a estar preto dos seus, moitas veces a encher o baleiro, a sentir esa necesidade emocional de sentirse preto dos dun, a saber que nos queda a eternidade para compartir con eles ese amor que non lle soubemos dar".

Mujer depositando una vela en el cementerio. RAFA FARIÑAPor otro lado, el cementerio de Mourente conserva una tradición por los días de Todos los Santos y Fieles Difuntos que se mantiene desde hace ocho décadas: tres tumbas adornadas con tapices florales.

Tita Doval González desde hace 80 años decora la losa funeraria bajo la que están enterrados sus difuntos, una costumbre que también mantiene la familia Huertas González.

Rural: Verducido establece turnos por lugares

La parroquia de Verducido, con la intención de evitar posibles aglomeraciones en su cementerio, estableció una capacidad máxima de 200 personas y fijó unos turnos de visita por lugares. Los vecinos de Abilleira y Gabián fueron de 16.30 a 17.30, los de Bordel a la hora siguiente y a continuación los de Cobadáspera, Rosende, Verducido y Outeiriño. El tiempo máximo de presencia en la necrópolis fue de media hora.

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