El contrapunto

Uno de cada dos concellos de la provincia pagan sus deudas fuera de plazo

Un total de 26 concellos pontevedreses se ajustan al máximo de 30 días que fija la ley para pagar a proveedores ► Pontevedra está entre los más ágiles y Vilanova se sitúa a la cabeza de los más morosos, con un retraso medio cercano a los ocho meses
El regidor caldelano, Andrés Díaz, supervisando unas obras financiadas por el Concello en Barbudo
photo_camera El regidor caldelano, Andrés Díaz, supervisando unas obras financiadas por el Concello en Barbudo

El Ministerio de Hacienda está revisando con lupa las cuentas de los ayuntamientos para dar mayor fluidez a la fiscalidad del país y una de las actividades más observadas es el pago a proveedores (principalmente, autónomos y pequeñas y medianas empresas), pues suponen un engranaje fundamental en esta compleja maquinaria. Sin embargo, el último balance realizado por la cartera que dirige Cristóbal Montoro no deja bien parados a los concellos de la provincia, pues solo la mitad salda sus deudas dentro de los 30 días de margen que fija la ley desde el momento en que una factura entra por Registro.

En este grupo de mejores pagadores de la provincia aparecen 16 concellos que incluso computan en negativo, es decir, pagan antes de que se les reclamen formalmente las cantidades, lo que refuerza la liquidez de las empresas. El ránking está liderado por Cerdedo, A Lama y Campo Lameiro, que abonan sus encargos 14 días antes de que les llegue el justificante. Les siguen, en cuanto a agilidad fiscal, Baiona (13 días), Barro (11,6), Soutomaior (10), Moraña (9,6), Lalín (9,4), Pontecesures (9,2), Forcarei (8,3), Vigo (7,85), Meaño (7,81), O Porriño (5,7), Ponte Caldelas (1,64), Pontevedra (1,18) y As Neves (1,15).

Pontevedra y Vigo se encuentran entre los municipios que abonan las facturas antes de que lleguen al Registro

Comparten cajones libres de facturas otros diez municipios que, si bien dilatan un poco más sus pagos, los hacen efectivos dentro del mes que fija el Ministerio de Hacienda para ponerse al día con proveedores. Se trata de Portas (0,1 días), Vila de Cruces (4,8), Nigrán (6,4), Salvaterra de Miño (8,2), Sanxenxo (11,7), Fornelos de Montes (13,6), Covelo (14,4), Agolada (17,8), Crecente (21,1) y Vilagarcía de Arousa, con 28,4 días transcurridos entre el pago y la recepción de la notificación.

Un segundo aspecto a destacar en este conjunto de buenos cumplidores, además de su buena chequera, es el nivel de la deuda pendiente. Las dos grandes ciudades de la provincia son las que acumulan mayor morosidad, un dato, por otra parte, lógico atendiendo a su volumen de población y los compromisos financieros que conlleva: la de Vigo se eleva hasta los 4,4 millones de euros y la de la capital es de 3,7 millones.

Llama la atención que algunos concellos, pese a ser excelentes pagadores, todavía acumulan una deuda importante, como O Porriño (826.000 euros), Baiona (438.000), Lalín (281.000) o Ponte Caldelas (153.000).

Otros siete ayuntamientos superan levemente el plazo máximo que establece la ley, si bien el exceso nunca supera la semana: Redondela (31,2 días), Cotobade (33,8), Marín (33,9), O Rosal (34,5), A Guarda (34,6), Caldas de Reis (37,3) y Poio (37,5).

La envidiable salud fiscal del sur de la provincia contrasta con las malas cifras que arrojan varios concellos de O Salnés

EL CONTRAPUNTO. En el otro lado de la balanza se encuentran concellos que infringen, de largo, la normativa vigente, en algunos casos hasta límites ciertamente preocupantes, como ocurre con Vilanova de Arousa, que tarda en pagar a sus proveedores casi ocho meses, concretamente, una media de 238 días, lo que le acarrea un capital pendiente de pago de 2,7 millones de euros.

Igualmente llamativos -por cuanto superan el centenar de días de espera- son los ejemplos de Mondariz, cuyos deudores deben esperar 135 días para cobrar; Moaña, más de dos meses; A Cañiza, 121 días; Dozón, 105, y Salceda de Caselas, con 104 días.

Obviamente, en esta vagón de cola de los ayuntamientos morosos de la provincia también se localizan los mayores agujeros económicos. Junto a los 2,7 millones que adeuda Vilanova, se sitúan los 2,1 de Vilagarcía, los 1,3 millones de Redondela y el millón raspado que deben tanto Moaña como Mos.

Otras arcas municipales marcadas por la alargada sombra del endeudamiento, según los datos de marzo facilitados por el Ministerio de Hacienda, son Cambados (925.000 euros), A Estrada (918.000), Marín (806.000), Ponteareas ( 803.000) y O Grove (791.000 euros).

El camino que les queda por recorrer para ponerse al día con sus proveedores es mucho más largo que el resto de municipios pontevedreses y se arriesgan a medidas extraordinarias, e incluso severas sanciones, por parte del Ejecutivo central si no aportan la información requerida o si reinciden en el incumplimiento de la ley.

DEPUTACIÓN La Deputación Provincial también se encuentra bajo el ojo del fisco y, al igual que las grandes ciudades, presume de una salud económica envidiable, al abonar sus deudas una media de 4,8 días antes de que las facturas lleguen al Registro.

Una óptima situación que comparten las mancomunidades do Val Miñor (que paga con una antelación de récord: 24,6 días) y do Baixo Miño (10 días antes), ambas del sur de la provincia, pues es en esta zona donde se concentra la mayoría de los ayuntamientos mejor pagadores.

En el otro lado de la balanza se sitúa, siendo consecuente con el pésimo panorama fiscal de sus concellos, la Mancomunidade do Salnés, con una demora en los pagos por encima de los dos meses. Igualmente morosa es la Mancomunidade Do Ulla e Umia.

Comentarios