El Chup persigue el final de la hepatitis

El servicio de Digestivo participa en tres ensayos clínicos que buscan la cura para la hepatitis B ▶ En la actualidad 400 pacientes del área sanitaria están en seguimiento, pero se estima que podría haber el doble de casos sin identificar 
Muestras de sangre en el laboratorio del Hospital Provincial. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Muestras de sangre en el laboratorio del Hospital Provincial. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Como cada 28 de julio, el próximo viernes se conmemorará el Día Mundial de la Hepatitis, una infección del hígado que en la mayoría de los casos tiene origen vírico, pero que también puede ser provocada por el consumo de alcohol y estupefacientes o por deficiencias en el sistema inmunológico. 

El objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es eliminar las hepatitis víricas antes de 2030 y, aunque es una carrera compartida por complejos hospitalarios y laboratorios de todo el mundo, lo cierto es que el Chup es uno de los agentes que participa de forma activa en la erradicación de la enfermedad. 

Dentro de las hepatitis víricas constan cinco tipos: A, B, C, D y E, pero por cuestiones de prevalencia y consecuencias, el foco está puesto en los tipos B y C, que son los que provocan hepatitis crónicas y más de un millón de defunciones al año por cirrosis o cáncer de hígado.

Tres ensayos con cócteles de fármacos

La hepatitis B cuenta con la ventaja de disponer de una vacuna muy efectiva, con una efectividad superior al 95%, pero el gran escollo es que ésta fue introducida en el calendario de vacunación infantil a principios de los años 90, por lo que la población de más de 35 años sigue expuesta.

El jefe del servicio de Digestivo del Chup, Juan Turnes, explica que para los casos no vacunados hay varios tratamientos orales que frenan la transmisión y reducen el riesgo de sufrir complicaciones, pero con un gran matiz: estos fármacos "no logran curar la enfermedad", de modo que el virus "sigue produciendo un daño en el hígado, manteniendo el riesgo de desarrollar cáncer de hígado a largo plazo".

Por este motivo, servicios médicos y laboratorios están en búsqueda de nuevos tratamientos que sí eliminen el virus, como ya lo están haciendo los fármacos de acción directa diseñados para la hepatitis C. Por el momento, no se ha dado con la estrategia definitiva, pero sí están en marcha varios ensayos clínicos que prometen marcar un punto de inflexión y de los que tres están en marcha en el servicio pontevedrés. 

Turnes asegura que el reto de eliminar la hepatitis B "no es fácil", porque "es un virus que se esconde muy bien dentro de las células del hígado", pero también advierte de que los resultados del primer ensayo que ha finalizado "son muy prometedores".

Los tratamientos a estudio

Los ensayos en cuestión proponen distintas combinaciones de medicamentos, aunque bajo una misma estrategia que se aproxima a los doce meses de duración. En la primera fase se intenta "silenciar el virus dentro de la célula" y en la segunda, estimular al sistema inmunológico para que reconozca a las células infectadas y las elimine.

Un total de diez pacientes participan en estos ensayos (promovidos por laboratorios farmacéuticos), pero el número real de afectados es muy superior. De hecho, Turnes precisa que en la actualidad están en seguimiento 400 pacientes del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés diagnosticados de esta enfermedad y que, probablemente, "pueden estar sin diagnosticar el doble de los que tenemos".

Del total, aproximadamente 50 reciben tratamiento, mientras que en el resto de casos se considera que los medicamentos disponibles "no les suponen ningún beneficio, porque no elimina la infección".

El perfil de los pacientes

El grueso de los pacientes en seguimiento (más de 300) son personas naturales del área sanitaria, siendo la mayoría personas mayores de 40 años "que se contagiaron hace muchas décadas".

Otro número más reducido, "pero relevante", se corresponde con trabajadores del sector pesquero que proceden de países como Ghana o Senegal, donde la infección tiene una prevalencia próxima al 20% y "es más agresiva". Y un tercer grupo está integrado por extranjeros del este de Europa, sobre todo de Rumanía, donde la vacunación empezó más tarde y donde la prevalencia se sitúa por encima del 10%, nueve puntos más que la media nacional. 

Contagio y síntomas

Turnes, responsable de Comunicación de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), explica que el virus de la la hepatitis B se contagia por vía sanguínea o por vía sexual, y que resulta "más contagioso" que el de la hepatitis C o el VIH, de modo que "con muy poca cantidad de virus se produce el contagio".

Lo más habitual es que la infección no produzca ningún síntoma y que el diagnóstico sea casual, fruto de una analítica en la que se observa alguna alteración de los valores hepáticos y se ordena un estudio más en profundidad. 

En muchos casos la infección desaparece por sí sola en uno o dos meses y en no pocos pacientes los síntomas coinciden muchas veces con los de una hepatitis aguda: la piel se tiñe de color amarilla y la orina de un color muy oscuro, algo que suele preocupar a los pacientes, pero que en realidad indica que "el sistema inmunológico está actuando de una manera intensa frente al virus".

"Probablemente Galicia sea la primera región europea en eliminar la hepatitis C"

El Área Sanitaria de Pontevedra y O Salnés también destaca por haber sido la primera de Galicia en implantar un cribado pionero de hepatitis C para localizar y tratar a todas las personas afectadas por esta infección vírica. 

El programa, instaurado en abril, ha comenzado por la población de entre 50 y 59 años, donde se calcula que se encuentran más de la mitad de los casos sin diagnosticar. En base a este, todas las personas de esta edad franja de edad que se someten a un análisis de sangre acceden de forma automática al cribado, en el que se examina la presencia o no del virus. 

El jefe de Digestivo, Juan Turnes, detalla que en estos algo más de tres meses se han evaluado a 5.000 analíticas, la mayoría ordenadas desde Atención Primaria, y que entre todas ellas se han detectado únicamente cinco positivos. La cifra arroja una tasa de un caso por cada 1.000 habitantes, un índice que se queda casi cinco veces por debajo de lo que se estimaba en 2019. 

El especialista incide en que "aún es pronto" para extraer conclusiones, pero intuye que el mensaje que se esconde tras esta baja incidencia es que "debemos estar haciendo bien las cosas en Galicia". Tanto, que ve "muy posible alcanzar en 2024 el reto de la OMS" de erradicar la hepatitis C en 2030. "No es exagerado decir que probablemente Galicia sea la primera región europea en alcanzar estos objetivos de la OMS de eliminar la hepatitis C", traslada a este medio. 

La última previsión, publicada en septiembre de 2022, estimaba que en Galicia podría haber 4.500 personas sin diagnosticar, pero en base a los resultados del cribado y del trabajo realizado hasta la fecha, Turnes considera que "probablemente el número actual sea bastante inferior".

Estrategia terapéutica

La hepatitis C no tiene vacuna, pero desde 2015 el servicio de Digestivo del Chup ha curado a 1.200 pacientes con la última generación de fármacos. De hecho, por tercera vez consecutiva, el área fue designada en los últimos premios Best In Class como la mejor de todo el país por la atención al paciente que brinda en su Unidad de Hepatitis C. Además, cabe destacar su apuesta por las herramientas de inteligencia artificial, con las que ha conseguido reducir en un 90% la cifra de pacientes no diagnosticados.

La hepatitis C puede provocar una infección crónica que, si no se trata, puede derivar en cirrosis, cáncer de hígado e incluso la muerte. La principal vía de contagio es casi siempre por la exposición a sangre contaminada, mientras que la transmisión sexual es más excepcional. El cribado, ya ha extendido al resto de áreas sanitarias gallegas, se extenderá progresivamente hasta cubrir toda la población de entre 40 y 69 años. 

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