La variedad de establecimientos que ofrecen sus cartas en las plataformas de delivery asciende al centenar en la ciudad de Pontevedra, entre el número de restaurantes inscritos en plataformas como Uber Eats, Glovo, Just Eat o la propia empresa local CayLu. De este modo, plataformas como Glovo, que en diciembre de 2019 contaban con una decena de establecimientos adheridos, han triplicado su oferta tras la irrupción de la pandemia, que provoca la inscripción de nuevos restaurantes en el servicio.
De este modo, Glovo tiene en la actualidad 31 establecimientos que ofrecen sus platos a través de su aplicación. Del mismo modo, Uber Eats tiene también una treintena de locales de la ciudad entre sus clientes. Just Eat, por su parte, ofrece sus servicios a algo más de una veintena de establecimientos. Hay que tener en cuenta que algunos establecimientos se inscriben en varias plataformas a la vez, por lo que pueden realizar envíos a través de Uber y Glovo al mismo tiempo.
CayLu, solo un mes después de su implantación en Pontevedra, cuenta con 18 establecimientos adheridos, mientras otros esperan para poder unirse al servicio. "No podemos atender a todos los que nos quieren contratar, necesitamos más motos y trabajadoes y a medida que vamos disponiendo de ellas incluimos a más restaurantes en nuestra web", cuenta Beatriz Castro.
Además, CayLu realiza servicios de entrega a domicilio en Cambados (tres establecimientos), O Grove (seis) y Sanxenxo (diez). "En la última semana abrimos una franquicia también en Vilagarcía donde está teniendo mucho éxito porque allí es algo muy novedoso y la gente está respondiendo muy bien", apunta Castro. En este último municipio, CayLu entrega comida de 17 establecimientos hosteleros.
Si el delivery llega para quedarse o es solo una burbuja originada por el covid-19 lo dirá el tiempo. "Nosotros somos concientes de que ahora mismo estamos creciendo tan rápido por las circunstancias, pero también creemos que esto nos cambiará y tendremos nuevos hábitos", explica Castro, que reivindica el papel de su empresa como "balón de oxígeno" para una hostelería maltratada por la pandemia.