La ciencia siñalética y cómo usarla bien

A 10 kilómetros por hora como velocidad máxima, nadie, incumple las normativas exigibles y exigidas
Señal de zona peatonal con limitación de velocidad a 10 Km/h. GONZALO GARCÍA
photo_camera Señal de zona peatonal con limitación de velocidad a 10 Km/h. GONZALO GARCÍA

Es recomendable a veces fijarse en cosas que parecen pequeñas y no lo son. La siñalética, por ejemplo. No sé si es un arte, una ciencia o una disciplina, pero se refiere a las señales que se colocan de manera visible para que la ciudadanía siga unas normas respetables y de obligado cumplimiento. Conviene no confundir la siñalética con la propaganda. El resultado puede ser catastrófico y la confrontación entre una cosa y la otra puede ser contraproducente.

Pontevedra propone a la Dirección General de Tráfico una siñalética para indicar que todas las vías municipales son zonas de bajas emisiones contaminantes. Eso significa que nuestro municipio, todo él, cumple sobradamente con las obligaciones impuestas sin necesidad de señalar esas zonas que en casi todos los municipios deben adoptarse para cobrar peajes a los coches más contaminantes o para prohibirles la entrada en determinadas zonas de mayor tráfico.

Ya hemos contado que Pontevedra peleó y logró que todo el municipio sea reconocido como ínfimamante contaminante y por tanto no sujeto a las normas españolas y comunitarias que obligan a implantar esos peajes o esas restricciones de las que solamente se salvan las excepciones. A Pontevedra, el Ministerio competente, le concedió la excepción de permitir circular a todos los coches, consuman lo que consuman y lo hizo reduciendo drásticamente el tráfico de vehículos y la velocidad a la que pueden circular. A 10 kilómetros por hora como velocidad máxima, nadie, por mucho motor contaminante que conduzca, incumple las normativas exigibles y exigidas.

Permítame que haga una distinción entre Concello y municipio, que es de una simpleza aplastante y se entiende a la primera. Un municipio es el territorio que conforma un territorio gobernado por un Conello. Una cosa es el Concello, el órgano de gobierno y otra el municipio, que es el territorio gobernado por el Concello, que es la institución. Eso me lo enseñó hace años el alcalde Rivas Fontán. Bueno, el grupo ampliamente gobernado por el BNG es quien gobierna el Concello, que es la institución pero sobre todo el municipio, que es el territorio municipal. No encontraba yo manera de explicar la distinción, así que me la creo hoy.

Hablamos de siñalética. La DGT exige a todas las localidaes de más de 50.000 habitantes, señales para indicar en cada ciudad española en qué calles hay que pagar peaje o tener un coche mal llamado ecológico, que es una cosa que no existe. No hay coches ecológicos como no hay vacas voladoras, que se sepa. Pontevedra propone una señal, que ya le adelanto yo que será aceptada, con un texto diferente a la mayoría de las grandes ciudades. Otras, las que pertenecen a la Rede de Cidades que Camiñan, presidida por Pontevedra y por su alcalde, si cumplen los requisitos como lo hemos hecho nosotros, podrán instalar señales en las que los espacios para los coches están tan restringidos y su tráfico es tan reducido en cantidad y en velocidad, por tanto en contaminación, que las señales no están dirigidas a los vehículos más o menos caros, sino a todos por igual.

El otro día en BNG montó una reunión a la que asistimos 2.000 vecinos y vecinas. Eso viene siendo un 5% de los votantes, y eso que había que pagar. Verdad que no los 2.000 pueden votar a Lores, unos porque venían de concellos vecinos, otros porque estaban ahí trabajando como periodistas y otros, empresarios o directores de medios de comunicación que nunca sabemos a quién votan aunque lo sospechemos. Pero sí, diría que una mayoría sustanciosa de los asistentes es votante del BN G de Lores.

A la entrada del acto se encontraba un grupo de funcionarios con siñalética propia, reclamando derechos que seguramente les pertenecen y que tienen todos mis respetos como trabajadores que luchan por lo suyo. Tuvieron su protagonismo que en mi opinión fue debidamente reflejado en la prensa, pero por si parece poco, aquí queda constancia de que el diálogo debe imperar.

Luego, dentro, el acto fue además de multitudinario y exitoso, eficaz. Yo vi a la gente motivada, con ganas de movilizarse. Lores y Ana Pontón hicieron un trabajazo y la gente salió mayoritaramente convencida con una ciudad ecológica, abierta, inclusiva, comprometida con los retos a los que se enfrenta el mundo entero, un ejemplo de que si se hacen bien la cosas, luego llega la siñalética adecuada y ejemplar.

A la salida, la gente se encontró con otro ejemplo de cómo la siñalética mal empleada puede reforzar al rival. Todos los coches aparecieron con una foto del candidato del Parido Popular. Como llovía, eran difíciles de sacar los cartelillos, pero todos lo hicieron. Nadie lo entendió como una gracia o como un ejemplo de comunicación mínimamente eficaz, sino como una provocación A nadie le pareció gracioso, ni inteligente. Una pérdida de tiempo y de recursos. La siñalética, según cómo se emplee, puede ser un ejemplo, como la que Pontevedra propone para las ciudades que ya cumplen con los requisitos y no tienen por qué cobrar un peaje; también puede ser ejemplo de todo lo contrario: de cómo afianzar y movilizar el voto de un candidato poniendo una foto de otro en miles de coches que aparcaron ahí para apoyar a un rival capaz de convocar a 1.950 ciudadanos más que tú.