El CIM de Pontevedra recibe una nueva usuaria víctima de violencia de género cada dos días

Llegan al servicio por voluntad propia, con amigas o familiares o derivadas por la Policía, servicios médicos o centros educativos
Pancarta contra la violencia machista en el Concello. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Pancarta contra la violencia machista en el Concello. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Una nueva víctima entra por la puerta del Centro de Información á Muller (CIM) de Pontevedra cada dos días. Es la conclusión que se extrae de los datos aportados por el organismo municipal que representa el primer apoyo a las mujeres de la ciudad en situación de violencia. Entre el 1 de enero y el 31 de julio de este mismo año, el centro ha atendido a 123 mujeres por casos relacionados con la violencia machista, la práctica totalidad eran de la Boa Vila. Estos son los datos provisionales a falta de que termine el año y se elabore la memoria definitiva.

En el mismo margen de tiempo, las profesionales del CIM resolvieron 808 consultas, la mayoría de atención psicológica (324). Otras 227 tenían que ver con la petición de información acerca de recursos como las ayudas económicas a víctimas de violencia machista y 128 fueron consultas de tipo jurídico.

El CIM representa el primer paso a la hora de pedir ayuda a las instituciones en casos de violencia, que incluye el maltrato en la pareja, las agresiones sexuales por parte de desconocidos, la violencia vicaria o el acoso laboral. Es decir, todas las formas de violencia contra las mujeres por motivo de su género.

En muchos casos, la visita al CIM es el punto de partida de un largo periplo que incluye un proceso judicial. Pero no todas las mujeres denuncian. "A inmensa maioría non quere dar ese paso porque quere acabar a relación polas boas, sen ter máis problemas co maltratador", explica una de las trabajadoras del CIM, Mercedes Renda. Por su parte, la directora del centro, Rosa Campos, apunta que la denuncia requiere una preparación, ya que la víctima debe conocer el proceso al que se enfrenta, qué preguntas van a hacerle o qué pruebas será necesario aportar, "pero é o mellor xeito de acceder ás axudas dispoñibles de forma directa", explica.

Aun así, a día de hoy no siempre es necesario contar con una sentencia que avale un caso de violencia de género, ya que en muchos casos basta con que el CIM elabore un informe que certifique que la mujer ha sido víctima para poder acceder a ciertos recursos.

El CIM cuenta a diario con entre cuatro y cinco consultas psicológicas. Además, en los casos más graves o cuando hay mucha demanda de terapias, se deriva a las víctimas a clínicas privadas que forman parte de un convenio de colaboración entre la Secretaría Xeral de Igualdade de la Xunta de Galicia y el Colexio Oficial de Psicólogos de Galicia (COPG). Allí, las mujeres y sus hijos tienen derecho a diez sesiones de terapia prorrogables a otras diez.

Pero, ¿cómo llegan las mujeres hasta el CIM? En muchos casos lo hacen por iniciativa propia o acompañadas por seres cercanos, como amigas o familiares. Sin embargo, el aumento de la sensibilización sobre la violencia machista y la colaboración con otros ámbitos hacen que cada vez se produzcan más derivaciones desde departamentos de servicios sociales, la sanidad, la Policía o los centros educativos. "Botamos en falta máis colaboración cos médicos de Atención Primaria, neste ámbito segue pesando moito a sensibilidade da persoa coa que trates para que o traballo de coordinación funcione", cuenta Rosa Campos.

Las llamadas de socorro se mantuvieron en la pandemia
Pese al parón con motivo de la covid-19, la violencia no cesó para las mujeres maltratadas por sus parejas.

En todo el año 2020 se registraron 252 usuarias víctimas de violencia machista. En el confinamiento, las consultas se mantuvieron de forma telefónica, con turnos de hasta 12 horas de atención en un período especialmente duro para quienes convivían con sus maltratadores.

Con respecto a los datos de 2019, pasaron por el CIM de Pontevedra 231 víctimas que realizaron 1.522 consultas.

Es necesario destacar que la violencia de género no solo se circunscribe al ámbito de la pareja o expareja, sino que también abarca agresiones sexuales o el acoso sin que haya relación previa entre agresor y víctima.