Entidades como la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Rías Baixas y como el Centro Comercial Urbano Zona Monumental de Pontevedra señalan que la ciudadanía no está percibiendo la bajada del IVA aprobada por el Gobierno central para ciertos artículos de primera necesidad.
"La bajada que sí se nota es que muchas marcas han reducido la cantidad que traen los paquetes manteniendo el mismo precio", lamentó Rosa Rodríguez Vales, presidenta de Rías Baixas.
En la última década y media los españoles han vivido una crisis económica con dos grandes oleadas (2008 y 2012), una pandemia y, ahora, una inflación que no se veía desde los años 70. Por eso muchos han desarrollado "hipersensibilidad al precio y automatizan determinados comportamientos al hacer la compra. Si el momento no acompaña, ven más ventajas en adquirir productos de marca del distribuidor", indica el estudio de la consultora Kantar.
La entidad que preside Rosa Rodríguez añade que el cambio en los hábitos de consumo tiene ciertas consecuencias incluso sobre la salud y la seguridad: "La gente no solo compra menos y deja de ser afín a ciertas marcas para pasarse a las blancas, sino que empieza a sustituir ciertos productos de mayor calidad por otros peores, por ejemplo, cambia los frescos por los envasados o congelados. También ahorra en sanidad, prescindiendo de seguros o de acudir a consultas médicas privadas e incluso pasando ciertas enfermedades como catarros sin medicarse. Y en el coche, se alarga la vida de neumáticos o pastillas de freno, aumentando el riesgo de accidentes; lo mismo que en las reparaciones y revisiones de la vivienda, que se aplazan, lo que puede generar mayor peligro de explosiones de gas, desprendimientos de tejas o losetas, etcétera. En definitiva, las personas se van empobreciendo en su forma de vivir y todo esto repercute negativamente en su salud física y psicológica".