No contamina, es saludable y, además, se ha revelado como una alternativa al transporte público en plena pandemia, recomendada tanto por la Xunta como el Estado, ya que evita contagios. La bicicleta es un medio de transporte por el que apuestan más padres este curso pero el problema es que hay poco espacio para dejarla estacionada. "Na cidade en xeral fan falta máis lugares para aparcar a bicicleta", explica Quique Pérez, integrante de la asociación de usuarios de bici Pedaladas.
Para ir a clase en bici, lo tienen más fácil los alumnos de Secundaria que los de Primaria. De este modo, la mayoría de los institutos de la ciudad cuenta con espacios en los que dejar estos vehículos. "A maioría deles teñen aros nas entradas nos que se poden encadear as bicicletas e outros incluso teñen dentro espazos habilitados para deixalas", cuenta Pérez.
De este modo, centros como el IES A Xunqueira II disponen de una jaula en el interior del recinto donde se pueden depositar las bicicletas. Del mismo modo, otros institutos como el Sánchez Cantón permiten dejar las bicicletas en el interior del recinto. La situación es diferente en los colegios, donde es más difícil encontrar aparcamiento, por eso Pedaladas sugiere la creación de más espacios seguros en los que dejar estos vehículos durante las clases. "En cidades como Zaragoza é habitual, todos os centros teñen xaulas que se abren antes de empezar as clases e que están pechadas ata a hora da saída", explica. "Se os pais levan ao neno nun sillín incorporado á súa bici non hai problema, pero se os nenos levan a súa propia non teñen onde deixala", señala.
En el mismo sentido, el miembro de Pedaladas recomienda a los usuarios de bicicletas que no usen candados de cable, ya que son fáciles de romper con unas tenazas. "Son mellores os de ferro ou placas metálicas", cuenta Pérez, que asegura que es habitual que se den robos de bicicletas en Pontevedra. Del mismo modo, aclara que los niños de menos de doce años pueden circular por la acera en bicicleta.
Las comunidades escolares han mostrado su preocupación por la gestión del transporte escolar. Así, varios directores de centros de Primaria y Secundaria señalaban hace semanas a este periódico que de nada serviría la creación de grupos burbuja si luego los estudiantes se mezclan en un autobús.
Se trata de establecer itinerarios para acceder a los colegios de forma segura. De este modo, los pequeños pueden acudir solos a los centros educativos andando. Para poner en marchar esta medida, el Concello busca contar con la colaboración de establecimientos de barrio y negocios que funcionen como apoyo de los más pequeños en el camino al colegio. Así, hay establecidos itinerarios para siete centros de Primaria de la ciudad.
Voluntarios
En un principio, la red de Camiños Escolares contaba con voluntarios que realizaban la labor de vigilancia del tráfico en puntos conflictivos para velar por la seguridad de los más pequeños. Su labor estaba remunerada y el Concello decidió suprimirla en 2017. Ahora es la Policía Local la que realiza vigilancias en los puntos más conflictivos para garantizar la seguridad de los más pequeños.
La iniciativa está en marcha desde 2010.
