La comarca de Pontevedra confía en la emigración para mantener su población veraniega

Mientras que A Lama calcula que recibirá un 25% menos de personas, Cerdedo-Cotobade espera igualar la cifra de años anteriores
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photo_camera Ponte Caldelas celebra sus `Noites de Terraza´ para dinamizar el verano en el municipio. CEDIDA
Entre el 20% y el 50% aproximadamente es la estimación que manejan los ayuntamientos de la comarca de Pontevedra en cuanto al aumento de población en verano, en su amplia mayoría por parte de emigrantes que en la época estival regresan a sus lugares de origen, como es el caso de A Lama y Cerdedo-Cotobade, dos de los municipios más destacados de la provincia por recibir emigración desde el extranjero y de otros puntos del estado. Pero este año la situación es otra. La crisis sanitaria generada por la covid-19 ha provocado muchos cambios de planes que, si bien frenarán la llegada aquellos que ya son habituales en el verano de los municipios pontevedreses, no han conseguido arruinar del todo las expectativas de los concellos.

En el caso de A Lama, que desde siempre se ha caracterizado por tener mucha emigración sobre todo en México y Brasil, en un año normal la cifra de personas retornadas se situaría entre 800 y 1.000, lo que significa prácticamente doblar la población en el municipio durante el verano, con aproximadamente un 50% más de personas.

Sin embargo, la covid-19 ha aguado los planes de alrededor de la mitad de la emigración que tenía previsto pasar las vacaciones en el municipio de A Lama, por lo que el Concello estima que la llegada de personas se verá reducida en aproximadamente un 25%. En cualquier caso, según explican desde el Concello, aquellos que vengan desde México o Brasil deberán pasar una cuarentena de 14 días en sus hogares, por lo que resulta difícil aventurar una estimación fija, puesto que no existe un registro de llegadas a los municipios.

Debido a la crisis sanitaria, actividades de confraternización como los torneos de fútbol organizados por el equipo local para que los niños y niñas pudiesen conocerse y pasar tiempo juntos, quedan suspendidas. Las actividades de verano del Concello tampoco se realizarán, y la conocida fiesta mexicana, que venía celebrándose cada año, a excepción del anterior, en el municipio, tampoco acercará este año a los lugareños la cultura adoptiva de los emigrados.

Cerdedo-Cotobade se muestra más optimista. El municipio, en el que hay un total de 5.699 personas censadas, espera aumentar su población este verano entre 985 y 1.245 habitantes, según explican desde el Concello, que también aventura un porcentaje de entre el 17% y el 22% más de habitantes que fuera de la temporada estival. Según detallan desde el Concello, será una cifra similar a la de los años anteriores, por lo que, sobre todo, llegarán personas desde ciudades como Vigo, Pontevedra o Madrid.

En total, Cerdedo-Cotobade cuenta con unas 3.300 personas originarias del municipio fuera de Galicia y de España, si bien la mayoría no son residentes habituales en el concello durante la temporada estival.

Desde el Concello son conscientes de que este año, debido a la crisis sanitaria, no todos aquellos que residen fuera del municipio volverán, pero esperan mantener la población veraniega de otros años compensando "con el turismo rural". Aunque no se espera la llegada masiva de procedentes del extranjero, sí lo harán los más cercanos.

Por ello, Cerdedo-Cotobade se ha volcado en promocionar el turismo al aire libre, al ser el municipio con más zonas de baño homologadas de Galicia, un total de seis, junto con varias rutas de senderismo, algunas de las cuales, también están homologadas. El Concello también confía en su riqueza patrimonial para atraer visitantes el verano, y compensar la pérdida de algunos de los habituales llegados desde el extranjero.

El concello de Ponte Caldelas recibe cada año alrededor de 1.000 personas llegadas de diferentes puntos. Se trata de una emigración con presencia en Portugal, Brasil, México, Suiza, Alemania, Bélgica y Francia que, en estos momentos, cuya llegada todavía se encuentra en el aire, si bien el Concello ya ha podido estimar que la inmensa mayoría de la emigración no volará este año al lugar de origen, y ha informado de que muchos de ellos que tenían previsto pasar el verano en Ponte Caldelas ya han cancelado sus billetes.

A pesar de ello, en el municipio sí se han comenzado a ver personas llegadas de otros lugares, según explican desde el Concello, sobre todo de México. A pesar de la incertidumbre, Ponte Caldelas confía en otros municipios gallegos para mantener el comercio local, y ha decidido centrarse este año en los vecinos y vecinas del municipio, que ya han podido disfrutar de iniciativas como las Noites de Terraza, con cine y espectáculos al aire libre, en las que la gastronomía del municipio también ha sido la protagonista. Esta iniciativa consigue dinamizar cada fin de semana la hostelería y comercio del municipio, y ha atraído también en su última sesión a visitantes de otros concellos.

Incertidumbre por el turismo en Poio y Sanxenxo
Si bien los municipios cuya población aumenta en verano gracias a la emigración retornada confían en mantenerse,o descender menos de la mitad en comparacióncon el año anterior, el turismo continúa en el aire, una situación por la que Sanxenxo tan solo aspira a "salvar el verano".

El municipio de Sanxenxo recibió el verano pasado,en los cuatro meses desde junio hasta septiembre, más de 600.000 pernoctaciones hoteleras, lo que supone una media de 250.000 visitantes tan solo en hoteles. Según han informado el Gobierno local, otros 150.000 visitantes habría que sumarlos a las 11.000 segundas residencias de Sanxenxo. En los apartamentos turísticos, 80.000 personas eligieron este alojamiento y en los campings se contabilizó una media de 55.000. Sin embargo, este año el Concello no ha podido realizar ninguna estimación sobre la posible cifra de llegadas.

Lo mismo ocurre en Poio. La crisis generada por la covid-19 mantiene al municipio "á expectativa", si bien la llegada más importante de turistas se produce a partir de la segunda quincena de julio, en un municipio que en un verano normal puede llegar a duplicar su población hasta los 30.000 habitantes, especialmente en Raxó y Combarro. Este año, el Concello se vuelca en ofrecer a los visitantes un "destino seguro" con diferentes iniciativas y medidas de control.

 

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