El comedor social de San Francisco reparte al mes 3.200 comidas para llevar

Aunque la media de usuarios es de 160, a principios de diciembre la cifra llegó a los 213
Usuarios de comedor de San Francisco. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Usuarios del comedor de San Francisco abasteciéndose de alimentos. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El comedor social del Convento de San Francisco reparte una media de 160 comidas cada uno de los cinco de los días de la semana en los que funciona este servicio solidario, lo que da un total de 3.200 comidas mensuales, con repuntes puntuales en algunas jornadas (a principios de diciembre) en las que se llegaron a despachar alrededor de 213 menús.

Normalmente los franciscanos asistían a una media de entre 120 y 150 personas diarias, pero los efectos de la pandemia han aumentado ligeramente esa cifra. No obstante, se da la circunstancia de que durante las Navidades se ha registrado un ligero descenso en el número de usuarios, personas que carecen de los recursos suficientes para hacer frente a una necesidad tan básica como la de disponer de alimentos.

La crisis sanitaria del coronavirus ha obligado a adoptar medidas preventivas para evitar contagios, entre ellas la de cerrar el salón del convento franciscano donde se servían las comidas. Ahora, los alimentos se despachan en la puerta del comedor.

Entre las personas que en los últimos 20 días han dejado de acercarse hasta el comedor social se encuentran siete miembros de varias familias de la etnia gitana. "Quizás se han ido de Pontevedra", sospecha Gonzalo Diéguez, quien desde hace 13 años es el responsable del servicio ofrecido por la orden fransciscana.

El servicio solidario que gestiona la orden franciscana cumplirá el próximo mes de junio 33 años de funcionamiento

El servicio solidario cumplirá 33 años en funcionamiento el próximo mes de junio, ofreciendo a las personas necesitadas un plato caliente (potaje de garbanzos, habichuelas, lentejas o un pescado frito), bocadillos y fruta que, desde que estalló la pandemia, llevan para su casa en bolsas y tuppers. El perfil más común es el de "gente bastante mayor con una paga muy pequeña" y sobre todo "gente que vive en la calle". De hecho, Diéguez afirma que "antes solía venir más o menos la misma gente siempre, pero ahora hemos notado que hay mucho vagabundo transeúnte que va de ciudad en ciudad". También han percibido que, mientras que antes acudía gente a por platos individuales, "ahora vienen con tuppers para toda la familia".

En estos días de fiesta el chef estrella Michelin Xosé Cannas, del restaurante Pepe Vieira, preparó en Nochebuena y Fin de Año las comidas solidarias que degustaron los usuarios del comedor de San Francisco. El equipo del restaurante elaboró más de un centenar de platos ambos días. El día 24 con un menú a base de calabacín relleno de bacalao al ajoarriero, canelones de capón con setas y trufa y, de postre, tronco de Navidad. El 31 de diciembre el prestigioso cocinero preparó albóndigas con arroz, empanada y, de postre, arroz con leche. "Estaba todo buenísimo", destaca Gonzalo Diéguez, al mismo tiempo que agradece el gesto que ha tenido Xosé Cannas.

DONACIONES. Además de la comida que sale a diario (excepto sábados y domingos) del servicio de comedor del templo franciscano, el aumento de las donaciones de alimentos en estas fechas permite regalar a los usuarios dulces típicos de este tiempo navideño (como turrones y mazapanes), además de fruta, yogures y bocadillos. Esta noche, víspera del Día de Reyes, los usuarios también recibirán algunos de estos productos que están en la despensa de la que se nutre el comedor social.

La mayoría de las personas que recurren durante la Navidad al comedor de San Francisco son las mismas que durante el resto del año usan este servicio de forma habitual, con algunas excepciones de transeúntes que están de paso por la ciudad. "Algunos usuarios llevan casi 30 años acudiendo al comedor", señala Gonzalo Diéguez.

Además, el responsable del comedor de San Francisco señala que el factor vergüenza es uno de los que más limita a las personas necesitadas de ayuda a la hora de solicitarla. "Hemos notado que mucha gente que venía diariamente ha dejado de acudir desde que ya no está abierto el comedor y se da la comida en la puerta. Hay mucha gente que no quiere ser vista pidiendo comida".

CALOR Y CAFÉ. El albergue Calor y Café, gestionado por la Sociedad de San Vicente de Paúl (a través de su conferencia de la Peregrina) ofrece a sus usuarios en estas fechas un menú variado a base de sopa, pollo, carne en rollo, fabada, guisos y empanada. Para la noche de este martes, víspera de Reyes, no faltarán los langostinos y algún plato especial que elaborarán las voluntarias que atienden las instalaciones de la calle Casimiro Gómez.

La cena se sirve antes de las diez de la noche, por lo que los usuarios que quieren disfrutar de este servicio antes de dormir tienen que estar en el albergue con la suficiente antelación.

"Va a resultar difícil recuperar a los voluntarios"
La inutilización temporal del comedor de San Francisco y la puesta en práctica de la fórmula de la comida para llevar (que permanecerá en vigor hasta que las autoridades sanitarias decidan levantar esta restricción cuando consideren que no hay riesgo de contagio por covid) hace que el servicio esté funcionando con una única voluntaria y alguno de los miembros de la orden franciscana.

"Para repartir la comida con dos personas es suficiente, pero veremos qué pasará cuando se reabra el comedor. Quizás tengamos problemas para volver a reunir a los voluntarios", señala Gonzalo Díeguez. Y es que muchas de las personas colaboradoras son gente mayor considerada de riesgo ante el nuevo virus.